¿Y JB CUÁNTO COBRA, LO SABES?

Los lectores a veces son demasiado exigentes. No solo quieren que les informes sino que, en ocasiones, te piden que seas adivino.

Sin ir más lejos, ayer, uno que se presentó como lector, aunque tenía una pinta de funcionario que tiraba para detrás, nos preguntó a bocajarro si sabíamos cuánto cobra “JB”.  La contestación no podía ser otra. Ni sabemos lo que cobra ni sabemos quién es. Si no da más información e identifica esas iniciales pues va a ser muy difícil. Y el hombre sigue empeñado en decirnos que sí sabemos, que es uno de los que come a dos carrillos, que no es político pero que vive como si lo fuera, que llegó  al lugar en el que está por ser hijo de quien era y que ahora ya le ha cogido el tranquillo a la cosa y vuela que no para. Y repite una y otra vez que se está hinchando. Cosa que no nos parece raro si está comiendo a dos carrillos, como él mismo denuncia. “Piensen, piensen y verán qué rápido dan con el señorito, con lo tunante que está ahora”. Sinceramente, la cosa sería más fácil si nos hubiese dicho nombre, apellidos y lugar en el que tiene la mamadera. Pero la gente denuncia así, y te sueltan, sin rubor, que se moje el periódico que para eso está. Vamos a ver qué se puede hacer.