¿QUIÉN ABANDONARÁ ANTES A QUIÉN, PEPE JUAN A MAME, O AL REVÉS? ¿O SERÁ PODEMOS QUIÉN ACABE POR ROMPER ANTE LOS INTENSOS “MALOS OLORES”?

La situación del grupo de gobierno de Tías es claramente insostenible. Lo sabe ya todo el mundo.

Por un lado, el concejal de Podemos, Nicolás Saavedra, y su asesor, consejero del Cabildo, Jorge Peñas, van con la nariz tapada todo el día para no tener que abandonar el grupo del Gobierno. Jorge y Nicolás tienen un buen sueldo municipal y están ilusionados con la actividad que están desarrollando en servicios sociales. Pero “los malos olores” que le vienen de las obras del tramo de Matagorda de la  Avenida de las Playas, con un incumplimiento fragante del pliego, con cientos de miles de euros en juego y a punto de desaparecer por arte de magia, denunciados con absoluta claridad por parte del PP, y el enquistado conflicto con la Policía Local ponen en serio riesgo la ética y moral de los de Podemos. Sería demasiado escandaloso que saquen la bandera contra la corrupción contra la oposición del Cabildo, ni tan siquiera contra el gobierno y, a la vez, convivan con normalidad ante presuntos chanchullos de miles de euros. Y eso sin investigar el pasado del alcalde. Porque si siguen con esa especialidad de entretenerse con el pasado, obviando el presente, con trabajo de arqueología política, a lo mejor se encuentran en el camino “con los miles de muertos” que dejó el alcalde actual en sus anteriores 16 años de gobierno en la mismo Ayuntamiento.

Pero si Podemos va por su cuenta, Mame y Pepe Juan se encuentran todos los días. Y, hasta ahora, la imagen que se está dando es que o Mame Fernández no tiene ni idea de nada, cuestión fácil de entender, o Pepe Juan Cruz, le está haciendo la cama una y otra vez hasta que lo canse del todo, cosa también fácil de entender si se conoce la trayectoria del 17 años alcalde.

El alcalde no tiene Áreas, en cambio, Mame es el que más tiene, y, además, lleva las principales concejalías del Ayuntamiento. O sea, que Pepe Juan solo debería estar para coordinar y Mame para llevar el peso de las principales áreas del Ayuntamiento. En cambio, el que habla de sus áreas, incluso en los plenos, es el alcalde. Además, quien decide lo que se hace en las polémicas obras de la Avenida es el alcalde con su “llavero técnico” al lado, mientras que a Mame lo ponen a contar mentiras, tralará, en los medios, dejándolo en evidencia. Si fuera poco, el alcalde en la Policía Local, de la que es concejal también Mame, saca a colación que él es el Jefe de la Policía Local, función indelegable del alcalde, para tirarle por tierra a Mame sus escarceos con los funcionarios en busca de una solución. En Turismo, mientras Mame y su asesor se entretienen con la rutina, es Pepe Juan quien se reúne, a sus espaldas, con los gerifaltes del sector y cierra acuerdos como el tercer plan de modernización y “otras cosillas”. Pepe Juan abusa de su conocimiento del hábitat y del desconocimiento de todos sus concejales de la realidad municipal, incluido Mame. Esa es la realidad.    

Pero se ha llegado a un punto insostenible. Apenas ocho meses después de firmar el pacto. Se sabe que Pepe Juan y Mame, expertos ambos en dejar tirados a los cercanos para irse a otro lado,  no dudarán en buscar una alternativa por su cuenta antes que permitir quedarse fuera de juego. Uno está dispuesto a razonar que el otro no se entera de nada para quitarse culpas y buscar nuevo socio. Y el otro tampoco dudará, si se presenta la ocasión o ve que Pepe Juan se viene arriba, de justificar con las intromisiones en sus áreas del alcalde una posible ruptura del pacto. Puede ser una cosa, la otra, o todo lo contrario, que sigan juntos, pero lo que es claramente insostenible es que no sean capaces de resolver los problemas. Que para eso, y no para ganarse ellos un buen sueldo, es para lo que la gente quiere un ayuntamiento.