LA TEORÍA “ELISABETH” DEMUESTRA QUE LA DE LA EVOLUCIÓN DE DARWIN NO CONTEMPLABA LA POLÍTÍCA
- TELODIGOYO
Las incautas declaraciones de la concejala de Juventud de Arrecife, Elisabeth Merino, sobre el coronavirus vienen a demostrar algo así como que en la política no actúa la teoría de la evolución. Más bien parece que sufren una involución de la talla XXL y son capaces de hacer afirmaciones más propias de un burro que de un homo sapiens.
El hecho de que la concejala de Somos, o de lo que queda de Somos, se despachara a gusto, en una tertulia de Radio Lanzarote (donde la periodista Techy Acosta ya se llevaba las manos a la cabeza al empezar a hablar la concejala), con lo que llamaba “su teoría” sobre el virus coronavirus, diciendo algo así como que era una respuesta de la propia naturaleza para regular la enorme cantidad de personas mayores que había en el mundo, no solo demuestra que la inteligencia de un/a político/a no tiene por qué ser superior a la de un mosquito sino que lleva el nivel de contención al mínimo tolerable. Es inaudito que un momento de crisis sanitaria, con el miedo anidando en todas las esquinas, alguien que recibe un sueldo público sin saberse bien por qué razón, se atreva a frivolizar, desde la más absoluta ignorancia médica, públicamente, sobre la enfermedad. Creando un doble alarmismo: primero entre la población mayor que recibe estos mensajes como que ellos deben desaparecer para crear un mundo mejor. Y, segundo, entre la población general que percibe, a las claras, en manos de quién estamos dejando la administración de los caudales públicos.
Lo peor de todo es que al ver que su necedad se había convertido en un meme más viral en las redes sociales que el propio coronavirus en China, la concejala responde “profundizando” sobre la teoría de Darwin con jirafas de cuello largo, y jirafas de cuello corto, y echándole la culpa a partes iguales a que no le dieron en la tertulia el tiempo suficiente para explicar detalladamente la teoría y a CC, que, según ella, había usado sus declaraciones para que no hablara de Echedey y sus contratos con el grupo Lanzarote Bus.
En fin que todo se debió a un choque entre Darwin y Echedey y que la propia chica fue víctima de semejante “choque de civilizaciones”. Se nos ocurren hasta tres razones para que Elisabeth abandone su acta de concejal y se apunte a un curso sobre virus, protocolos de actuación en crisis sanitarias y política. Aunque quizás todo se podría solucionar con que se fuera a su casa y liberara al ayuntamiento de Arrecife de un coste mensual de más de 3000 euros. Sencillamente, de pena.
Comentarios
Libertada de expresión es llamarla borrica inhumana nazi que difunde soluciones finales para los que no le agradan.
Su dimisión es poco,
La cuestión es: el Co Vid-19 es un virus contraído por el consumo de animales salvajes o es un virus creado en el laboratorio??
Ahí dejo mi duda