LA RESPONSABILIDAD DE BARES Y RESTAURANTES CON PESCADORES, AGRICULTORES Y, SOBRE TODO, CLIENTES
- TELODIGOYO
Agricultores del Monte de Zonzamas están muy cabreados porque los amigos de lo ajeno han empezado la recolección de sus cosechas antes de tiempo y antes que ellos.
No es la primera vez que se producen robos en las principales zonas agrícolas de Lanzarote, pero sí son nuevos dos datos denunciados por uno de los agricultores. Decía que le habían robado unos 800 kilos de papas al día siguiente de sulfatarlos. Y Dijo también que esas papas acaban en bares y restaurantes de la isla que se la compran a estos desalmados “robapapas”. Advertencia que no debería pasar desapercibida para los controladores de la seguridad alimentaria. Y, por supuesto, tendría que haber una normativa muy exigente para disuadir a hosteleros irresponsables de poner en el plato de sus comensales verdadero veneno robado.
Sabemos que hay muchos pescadores furtivos que acaban introduciendo sus capturas en el mercado por la puerta de atrás de los restaurantes. Sabemos también que hay restauradores que compran una parte legal, para tener una factura cuando aparece la guardia civil, y rellenar neveras alternativas con productos de furtivos, que compran de forma más barata. Sabemos también que ya se ha colado con este sistema la peligrosa ciguatera al no respetarse el tamaño de las capturas ni hacerse los análisis preceptivos a las que superan los tamaños marcados. Eso en cuanto al pescado.
Y ahora una voz del campo autorizada apunta a que puede estar pasando lo mismo con los productos agrícolas y se puede estar poniendo en riesgo la salud de los clientes sirviendo verdadero veneno mezclado con las papas y otros productos de la tierra. El sulfato recién puesto, con el objetivo de matar los bichos de los cultivos, consumido de forma inmediata por los humanos, tiene consecuencias fatales para su salud. Lo sabe muy bien el agricultor, que retrasa la recolección muchos días después. Pero lo ladrones no respetan esas cosas. Pero parece que se corre el riesgo que tampoco los restauradores. Mano dura contra esto es lo que se pide. No queremos “robapapas” ni “vendepapasrobadas” tóxicas.
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