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NO SE TRATA ILUMINACIÓN EN TODOS LADOS SINO DE UNA BUENA ILUMINACIÓN

No hay que confundir la iluminación de Navidad con el alumbrado público.

El alumbrado público debe ser bueno en toda la ciudad porque favorable la seguridad y la movilidad de los vecinos y visitantes. En cambio, la iluminación de Navidad busca impactar en el público, atraer a la gente y favorecer las compras en un ambiente navideño. Si se pretende que llegue a todos los barrios y al centro de la misma manera, o se hace una inversión inmensa o es imposible y, además, pierde el centro ese poder de atracción sobre el resto de la población. Es verdad que en un año electoral, el político prioriza su venta por encima de la de los comerciantes y tiende a gastarse lo que no está escrito para agradar, aunque vaya en contra del sentido del propio proyecto. En ninguna ciudad del mundo, la iluminación de Navidad se reparte de forma homogénea entre todos los barrios. El centro tiene algunas ventajas y esta es una de ellas. Lo que sí hay que exigir es que el alumbrado público llegue a todos lados durante los 365 días del año y con una calidad razonable. No hay que confundir lo importante con lo festivo, ni dejarse llevarse por aquellos que su objetivo es únicamente enfrentar a unos vecinos con otros.

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