¿NO PODIA SER DOROTEA LA PRIMERA HIJA PREDILECTA DE LANZAROTE?
- M.G.D.
Tanto los hijos predilectos como los adoptivos propuestos por la Comisión de Honores y Distinciones del Cabildo de Lanzarote gozan de nuestra simpatía y respaldo y, por supuesto, no tenemos nada que objetar en su elección. Todo lo contrario, le hacemos llegar nuestras felicitaciones a familiares y amigos por este merecido reconocimiento.
En cambio, en esa voluntad del Cabildo de Lanzarote de que figurase una mujer entre los reconocidos a este nivel, como hijos predilectos y adoptivos, sí echamos en falta que se mirara con más sentido y exquisitez a nuestra gente. Podría darse el efecto contrario del que se busca, si aquellas mujeres que fueran relegadas al ostracismo por ser mujeres lo son ahora también por la falta de interés, conocimiento o sensibilidad. Y en ese caso sorprende que no se tuviera en cuenta a la enorme ceramista lanzaroteña Dorotea de Armas Curbelo en cuenta para semejante honor. Dorotea, la de Muñique, se recorrió el siglo veinte casi completo, nació en 1899 y murió en 1997, aprendiendo primero de su madre su trabajo de artesana y siendo después maestra de maestros artesanos. Sus espectaculares “Novios del Mojón”, claro tributo a la fecundidad, encandilaban a cualquiera y se convirtieron en seña de identidad de nuestra artesanía y de nuestra isla.
Dorotea surfeó el siglo veinte mostrando su ingenio, destreza y tesón con las manos siempre metidas en la masa, de la que salían impresionantes homenajes a hombres y mujeres siempre dispuestos a procrear. Fue una incuestionable número uno. Pero tendrá que esperar a que se acuerden de ella estos imberbes e indocumentados políticos para que le pongan en letras de molde lo que ella ha sido siempre: una hija predilecta de este terruño nuestro.
Por lo menos ya tiene una escultura en Tinajo. Todo llegará.