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¿APRENDARÁ OSWALDO QUE EL CABILDO NO SE GOBIERNA CON “OCURRENCIAS POPULISTAS”?

La lección que puede sacar Oswaldo de su equivocada ocurrencia populista de subirse el sueldo y, encima, querer hacer una consulta popular, ya sea por teléfono o por lo militar, para dar a entender que el principal problema que tienen los lanzaroteños es decidir sobre si él gana 93.000 o 98.000 euros anuales es que el Cabildo no se gobierna con medidas populistas ni con manipulaciones del  tres al cuarto. Se trata de trabajar con responsabilidad. Con seriedad.

El problema principal de cuando se ganan unas elecciones por deméritos de la que está es que el ganador cree que las ha ganado por la chorradas que se han hecho en la campaña. Oswaldo está a punto de cometer la misma equivocación que llevó a su antecesora a la calle: hacer chorradas y llevarse por los aplausos de los adulones de siempre. ¿cómo es posible que los mismos que criticaban lo que cobraban la presidenta y sus consejeros, tan legal como lo que se quiere “embolsillar” Oswaldo pero mucho menos dinero, aplaudan con las dos manos el sueldo desorbitado del presidente del Cabildo? Llevarse por gente así, que esperan la propina como agradecimiento, es suicidarse políticamente que, por cierto, también es legal aunque igualmente desafortunado. Lo lógico es que presidente y consejeros siguieran cobrando lo mismo que los anteriores hasta que se aprobaran unos presupuestos nuevos en 2024. ¿Pero no se podían esperar?

La prueba de Oswaldo es aprender de su primera equivocación. Se acabó su etapa populista, aunque no le faltarán palmeros. Querer hacer en el Cabildo lo que hizo en Teguise no es muy realista; tampoco confundir los retos de Lanzarote con sacar los corrales de Soo. Puede dejarse llevar por esta deriva, basta sacar la chequera pública e ir pagando a todo el que quiera aplaudir. Pero eso ya lo han hecho otros que ahora se apenan de no haber intentado gobernar esta isla.

La marcha atrás, la primera vez, a veces es imprescindible para no volverse a olvidar del sentido común al tomar una mala decisión. Si no se aprende, las situaciones embarazosas se repetirán una y otra vez hasta la derrota final. Me temo que si se deja llevar por quienes les aplauden sus equivocaciones pronto estará de vuelta en casa. En sus manos está, solo se trata de sacarlas del bolsillo y ponerlas a trabajar desde ya. Y dejarse de populismos, claro.

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