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¿SACARÁ MÁS VOTOS DOLORES CORUJO AL CONGRESO O MANUEL FAJARDO AL SENADO EN LANZAROTE?

Intentando buscar algún aliciente añadido a estas elecciones generales tan calurosas como anodinas en la isla, están los que quieren medir las fuerzas internas en el PSOE por los resultados que se puedan dar. Como se sabe, Manuel Fajardo y Dolores Corujo rompieron su “idilio” político cuando, hace unos años, la entonces ya secretaria general insular del PSOE recomendó a su secretario de organización, José Juan Cruz Saavedra, que invitara a Manuel Fajardo a abandonar la reunión de la Comisión Ejecutiva Insular porque no era miembro de este órgano, aunque lo venía haciendo con regularidad desde hacía mucho tiempo sin que hubiera ningún problema.

Aquel momento bronco, que traía de antecedente que Dolores creyera que Fajardo la estaba ninguneando, no solamente colocó a Pepe Juan en la tesitura de abordar de malas maneras al que había sido su abogado de cabecera y amigo personal en  su primer periodo de alcalde de Tías, sino que abría una brecha de desconfianza entre Manuel Fajardo y Dolores Corujo, en el momento en el que uno parecía bajar, después de haber sido secretario general durante cinco años y referente incuestionable en la primera década del siglo en el PSOE lanzaroteño,  y la otra estaba en pleno ascenso político donde compatibilizaba secretaria insular, Alcaldía de San Bartolomé y parlamentaria. Ahora, se soportan y conviven en el partido, con la naturalidad que exigen estas cuitas políticas, pero todos ven esta exposición simultánea electoral como una oportunidad para avivar diferencias y medir apoyos.

Además, el acto invita a ello. Lejos de aquellos momentos en los que Dolores Corujo era una líder en ascenso, ahora es una líder con fecha de caducidad. No solo por perder las elecciones al Cabildo, al tiempo que crecen protagonismos varios en el interior del partido con victorias municipales sorprendentes, sino también porque ya no tiene posibilidad legal de renovar su cargo de secretaria insular, al superar con creces el tiempo permitido por los estatutos. Y Manolo está muy cómodo en el Senado, cultiva sus dotes jurídicas y ceremoniales y mira con cierta sorna la realidad que se está viviendo dentro del partido. No hay que olvidar que él, junto con Espino, fue uno de los que apostó porque una desconocida Dolores, que acababa de llegar a la Alcaldía de San Bartolomé, al renunciar Marcial Martín al darle no se sabe bien qué retortijones, se convirtiera en la primera mujer secretaria insular del PSOE, en diciembre de 2011.

Este tipo de competiciones son una trampa porque no votan los mismos electorales al Senado y al Congreso al mismo partido. Al Congreso de los Diputados, donde se elige luego al presidente, se concentra el voto más ideológico, y los diputados no son sino meros receptores y beneficiarios de los votos de los lanzaroteños que quieren que España siga gobernada por el PSOE y por su secretario general, Pedro Sánchez. En cambio, al Senado se mira más a la persona, porque ese voto es para elegir al representante territorial de Lanzarote. Aunque, no nos engañemos, cuando hay olas de los grandes partidos tanto la candidatura al Senado como al Congreso se ven igualmente impulsadas y con pocas diferencias. Pero la realidad es que en las últimas siete elecciones generales desde el 2000 al 2019, incluidas las dos de este último año, solo en una ocasión el PSOE ha sacado más votos en Lanzarote al Senado que al Congreso de los Diputados. Y lo consiguió el propio Manuel Fajardo Palarea en las últimas elecciones celebradas hasta hoy. En las elecciones de noviembre de 2019. Manuel Fajardo al Senado sacó 141 votos más que la lista al Congreso en Lanzarote. Apenas unos meses antes, la candidatura al Congreso había sacado 835 votos más que la de Manuel Fajardo al Senado.

En las primeras elecciones que se presentó Manuel Fajardo al Senado, cuando todavía no era ni militante del PSOE, aunque se presentó por este partido como independiente, la candidatura al Congreso sacó 306 votos más, 8580 frente 8274, en plena mayoría absoluta de Aznar y con la última victoria de Dimas Martín, y un no alineado con un partido nacional, al Senado. En las elecciones de 2004 y 2008, donde salió elegido el socialista Marcos Hernández Guillén como senador, las diferencias entre la candidatura al Congreso y al Senado fueron mucho mayores, a favor del Congreso. En las del 2004, al Congreso fueron 3037 votos de diferencia, con 16.596 votos a favor del Congreso y 13.559 al Senado. En las de 2008, la diferencia fue un poco mayor, 3.363, aunque se consiguieron cifras récord tanto al Congreso, 20.348 votos, como al Senado, 16.985.

En las elecciones del 2011 y 2015, donde los senadores elegidos fueron del PP y Podemos, las diferencias fueron mayores a favor del Congreso, con 12.934 frente 10.975 y 11507 frente a 10.644, respectivamente, para los candidatos socialistas.

En esta ocasión, además, tiene el morbo de que ambos candidatos lanzaroteños encabezan las listas socialistas que se votan en Lanzarote. María Dolores Corujo ha sido la primera persona de Lanzarote que consigue encabezar la lista provincial del PSOE al Congreso de los Diputados en la historia de la democracia y Manuel Fajardo repite como candidato al Senado para seguir siendo el senador por Lanzarote. La batalla está servida. Aunque a Manuel no le va con sacar más votos que Dolores, que tendrá acta de diputada sí o sí, sino que tendrá que ganar a todos los demás candidatos al Senado por Lanzarote, aunque todo apunta que la ola popular no será suficiente para tumbar a Fajardo. Aunque en estas cosas nunca se sabe lo que pasará.

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