UN CAMBIO DE CICLO EN LOS FUNCIONARIOS Y TRABAJADORES DEL AYUNTAMIENTO DE TIAS
- M.G.D.
El municipio de Tías fue la puerta de entrada del fenómeno turístico en Lanzarote. El excepcional litoral turístico de Puerto del Carmen, con enormes y preciosas playas, fue el primer objetivo de quienes apostaron por convertir esta isla en un referente del turismo europeo. Y eso no solo llevaba inversión privada sino también una serie de servicios y obras públicas que no podía dar un el ayuntamiento esquelético de un municipio con apenas un par de miles de habitantes.
Además, en 1979 llega la democratización de las corporaciones locales y las primeras elecciones para elegir concejales de forma directa y popular. Ya teníamos el turismo desarrollándose en la orilla de la playa y los concejales elegidos por el pueblo en la corporación, pero faltaba dotar al Ayuntamiento del personal necesario para arrancar y adaptarse a las nuevas exigencias. Y así empezaron a contratarse vecinos y vecinas con más o menos formación para ocupar los cargos básicos de la administración. Tampoco había mucho donde elegir en aquellos momentos donde Tías seguía siendo un municipio de gente pobre, campesinos, obreros y marineros, en su mayoría, y no el emporio económico en el que se convirtió después. Pues muchos de aquellos funcionarios y trabajadores públicos en general ven ahora, cuarenta años después, agotada su experiencia laboral. Días atrás, se despedían del Ayuntamiento, al alcanzar su edad de jubilación, Ángela Morín, Nieves Barreto y Julián Rodríguez y ya está en la lanzadera de salida también Juan Antonio Suárez, que ha sido clave en el departamento de Estadística del Ayuntamiento y que el próximo año alcanza su merecido descanso laboral. Antes que ellos, ya se habían jubilado Orlanda, Kinamary Borges, la arquitecta Nieves Martín o el arquitecto técnico Javier Pérez, el ingeniero Domingo Hernández y otros más. Todos ellos, junto con los funcionarios de la Policía Local, que jugaron un papel también fundamental en una zona turística que crecía sin apenas fuerzas de seguridad del estado en la zona. De estos, ya se jubilaron sus primeros jefes Francisco Hernández Rodríguez, Fefo Fernández, Celso Betancort y muchos de los policías de la talla de Baldomero Cañada (Q.E.P.D.), Arcadio Tejera, Antonio García, Antonio Rodríguez, Melián, Leon Acosta, entre otros muchos que también se han visto beneficiados por el adelanto de la jubilación de los policías a los sesenta años.
Todos ellos desempeñaron una función especial en el desarrollo de Tías, en la transformación de aquel municipio de agricultores y marineros en lo que es hoy: un referente mundial del turismo, donde residen más de veinte mil personas y nos visitan y se hospedan en la zona millones de turistas anuales. Tías necesitaba un motor administrativo para gestionar la nueva realidad y ellos aportaron sus manos y su saber para ayudar a avanzar aprendiendo ellos también en el proceso.
Ahora, el Ayuntamiento va incorporando nuevo personal, con mayor formación y más adaptados a la nueva realidad. Es ley de vida. Pero eso no quita que se les reconozca a aquellos su esfuerzo y mérito más allá de la nómina y pensión que como todo empleado se merecen.