¿Sabe Oswaldo dónde está?

Tengo una muy mala premonición. Desde que Oswaldo Betancort ha decidido ponerse el máximo sueldo posible como presidente del Cabildo, incluso amenazando con convocar una consulta popular para ver si cobra el 38% más que la presidenta anterior o más todavía, estoy un tanto aturdido. La pregunta sería algo así como ¿cobro 93.000 euros o 98.000 euros? En fin, que la escala está entre lo que cobramos todos los lanzaroteños, el sueldo medio de la isla, dicho con la mayor ironía e igual dolor. Yo no sé cuánto ganaba  Oswaldo vendiendo cacharros de pintura en la empresa familiar, pero sí sé que estas cantidades no las cobraba siendo alcalde de Teguise ni me consta que haya devuelto nada por la dejadez en su municipio de los últimos cuatro años.

No quisiera pensar que Oswaldo solo quería ser presidente del Cabildo para tener el sueldo político más alto de la isla. Ni tampoco que mientras nos decía que él no podría subirle el sueldo a los ciudadanos, lo que estaba pensando, y de ahí esa sonrisita que se le escapaba por la comisura de los labios, es que el de él sí que podría subírselo. ¡Y de qué manera lo iba a hacer! Pero, pensando bien, no llego a entender esta salida de tono, a las primeras de cambio, y cuando todavía no ha hecho otra cosa. Pareciera que entiende que el 69 electoral le da justificación para echarnos a todos este polvo tan rastrero como inesperado. De esos de aquí te cojo, aquí te mato.

Si lo que quiere transmitir Oswaldo y su camarilla es que están dispuestos a hacer lo necesario sin importarles lo que digan los demás, así tampoco se hace. Por el momento, a nadie le queda claro que vaya a hacer lo que haya que hacer para mejorar esta isla. Lo único que nos ha quedado claro es que están dispuestos a hacer lo que sea para beneficiarse ellos. Pero eso, aquí no es nada bueno. Si acaso, hay que reconocer que ahora es mucho más caro para todos. En fin, todo un mal ejemplo.