Ni les importa el territorio ni son coherentes
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
Llevamos unos días de chispa verde. Y de etapa precongresual de los partidos. Unos y otros dicen que se acercan los congresos que provocarán las renovaciones internas. Pero, curiosamente, se presentan las mismas, ya que son mujeres las que lideran desde hace años los tres principales partidos de Lanzarote, para seguir ocupando los cargos. María Dolores Corujo aprovechó el pasado martes, que se acababa el periodo para apuntarse los candidatos a la Secretaría insular del PSOE, para anunciar que se vuelve a presentar. Y que no hay ningún otro candidato. Está ahí desde el 2011, lleva 14 años y todavía cree que renovar el partido es estar ella. No importa que haya perdido las elecciones al Cabildo después de cuatro años de gobierno. Nada.
Astrid Pérez lleva un año dando palos con el rabo porque el PP está creciendo en la isla. Ella es la líder del PP, pero no le basta. Ella quiere que el PP sea de ella sola, para atender sus caprichos y llenarse de cargos y sueldos. Quiere mandar como si fuera un regimiento militar, aunque no haya hecho ni la mili. Prefiere antes que el PP sea un eterno bonsái, que ella poda a su antojo, que verlo convertido en un florido bosque donde ella sea un arbolito más. Está ahí desde el 2008. Lleva ya 17 años. Pero sigue creyendo que ella es la renovación del PP, al igual que cree que ser un partido jerárquico significa poder ser injusta, actuar a su capricho y someter a todo el mundo. ¿Qué diferencia hay, entonces, con dictatorial? Seguramente le vendría bien estudiar lo que fue la etapa imperial y la diferencias con la republicana de Roma. Aunque viendo sus últimos actos, le bastaría con dejar de leer Raza, el libro que se le atribuye a Franco en sus años más oscuros.
De Coalición Canaria no hablo. Dicen que es un partido vivo y que Migdalia estaría encantada con liberarse de la obligación de ser la secretaria general. Lleva ocho años. Veremos en que queda.
La Geria y la hipermetropía
Pero no les quería hablar de cambios orgánicos. Mi intención era escribir sobre incoherencias sobre el territorio de los tres principales partidos. Y de las actuaciones por intereses meramente partidarios, que nada tienen que ver con la defensa del territorio. María Dolores Corujo, al mismo tiempo que proyecta su reelección como secretaria insular del PSOE por enésima vez, saca el hacha de guerra para atacar a Oswaldo por su “traición al territorio” en el corazón de La Geria. El objetivo es la finca que está restaurando el empresario y millonario de Yaiza Domingo Rodríguez. Las obras empezaron en octubre. Hace más de tres meses, con sus palas mecánicas y camiones entrando y saliendo a la vista de todos, al lado mismo de las bodegas La Geria y Rubicón. Y el PSOE no había visto nada hasta ahora.
Dolores parece que conoce mejor los entresijos de la Puerta de Sol, Gran Vía y alrededores de la Carrera de San Jerónimo que lo que pasa en su isla. Pero no pasa nada, quiere seguir siendo su líder, quiere ser la referencia del PSOE en la isla y un empresario que pasó de ser juez de paz a ser uno de los hombres más ricos de Lanzarote, especulando con terrenos, construyendo apartamentos y locales y gestionando negocios, puede ser un buen sparring para situarse otra vez en el debate.
En cambio, María Dolores Corujo, que es de San Bartolomé, que fue alcaldesa del lugar, no ha dicho ni pío, porque, precisamente en ese municipio, desaparezca un trozo del principal sendero de la isla, el GR 131, a la altura de la Caldera de Guatisea. No fue ayer, la actuación de los propietarios colindantes del camino se produjo en el mes de mayo del año pasado. Denunciaron los vecinos al Ayuntamiento, que gobierna uno de los alcaldes socialistas que abraza a María Dolores en la presentación de su candidatura, y no se ha hecho nada. Denunciaron al Cabildo, que gobierna el nacionalista Oswaldo Betancort y tampoco han dicho nada, a pesar de ser el órgano gestor de los espacios protegidos, donde cabe también el principal sendero de la isla, que cruza Lanzarote desde Órzola a Playa Blanca, más de 70 kilómetros, marcados sobre caminos históricos de Lanzarote.
En la caldera de Guatisea reside también la familia de una de las consejeras del PSOE más activas, responsable de desarrollo sostenible del PSOE Canarias, Ariagona González. De hecho, ella se crio en esa casa, que tiene también una “rocambolesca historia medioambiental” que se inició a principios de los años 90. Pues a pesar de la cercanía del lugar en el que desaparecen apenas 200 metros de camino, que cercenan la continuidad del sendero y dejan a los senderistas en babia, sin saber qué hacer para seguir su ruta, Ariagona no ha movido un dedo para que se restituya este espacio. A pesar de que esa zona está incluida en el espacio del Paisaje Protegido de La Geria. A pesar de que los propietarios han vallado las fincas, contraviniendo la legalidad, y han removido tierras sin las autorizaciones pertinentes. Ariagona ve mejor de lejos, lo que está haciendo el rico Rodríguez en el corazón de La Geria, que lo que están haciendo los González, los Fajardo o los Carmelo en la puerta de la casa de sus padres. ¿Se trata de hipermetropía, se trata de extravismo o simplemente de mirar para otro lado?
Con el territorio está pasando lo mismo que con la política en general en Lanzarote: solo se ve lo que hace el otro, solo se denuncia lo que hace el otro, aunque sea exactamente igual a lo que hacen ellos. Y solo se utiliza para frenar al rival político cuando van contra ellos. Y el problema es que quieren ser creíbles cuando son los últimos lanzaroteños en percibir los problemas y los primeros en ocultarlos si afectan a amigos, parientes o compañeros de partido.
La Geria no se protege a destiempo. O se actúa con inmediatez, antes de que se desmonte el alud, el soco o el hoyo o ya no sirve sino para colocarse medallas los unos o los otros. Y se tiene que actuar con la misma convicción ante todos, en todos los lugares, impidiendo que ricos y espabilados actúen por igual: al margen de la ley y con la complicidad de los politiquillos de turno que, lejos de mandarles a parar, les crean las condiciones para que puedan seguir actuando a su capricho. Y no solo en La Geria. En todo. Hacen lo que quieren, con el respaldo de los políticos. De qué otra manera se puede explicar que tarden más de tres meses en ver qué está pasando en pleno corazón de La Geria, al lado de la misma carretera. O sigan sin enterarse 8 meses después de que han cercenado el principal sendero de Lanzarote, cerquita de la misma puerta familiar de una de las consejeras más incendiarias.
Y, por supuesto, el Cabildo de Oswaldo poco está haciendo y comunica mal y a la defensiva. Pero me da que, en eso de traicionar el territorio, están metidos a partes iguales el grupo de gobierno y la oposición. Y si no es así, que lo demuestren. Y que se muevan y que se dejen de tanto “chau chau” improductivo y que hagan algo. Todavía estamos a tiempo, aunque llevamos años mirando para otro lado.
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