FALTAN CHÓFERES, ¿PERO NO HAY EN LANZAROTE QUIÉN QUIERA SERLO?

Cualquier persona sabe que si se necesita un médico, y no hay ninguno en paro en la isla, hay que ir a buscarlo donde sea. Evidentemente, no se puede preparar a un parado para que sea de un día para otro médico, carrera de las más largas y exigentes. Pero la cosa cambia cuando se necesita un camarero, un piscinero, un dependiente o un chófer, que es el caso que nos ocupa.

Sorprende que se diga que no se puede ampliar el servicio de guaguas ante el crecimiento de la demanda por falta de conductores y no se haga nada para cualificar a chicos y chicas de Lanzarote para ocupar esos puestos. También habría que ver cuáles son las condiciones y salarios de esos trabajadores, para que haya esta escasez. Dudo mucho que en una isla donde los deportes del motor están a la cabeza de número de aficionados, nadie quiera conducir una guagua por un buen sueldo y buen horario. Sinceramente, me sorprendería mucho.

Tanto o más que me sorprende que no haya chóferes para un servicio básico, como es el transporte público insular, y ninguna administración ni el propio Servicio Canario de Empleo ni la propia empresa concesionaria haga nada por formar a jóvenes de Lanzarote para ese puesto.  Mientras se gastan millones y millones diciendo que están formando a trabajadores no se sabe bien en qué, se siguen demandando fuera de la isla puestos que podrían cubrir nuestra gente con un mínimo de formación. Basta con hacer una convocatoria y pagarles la autoescuela para que saquen los carnés necesarios y hagan el rodaje necesario. Más fácil no puede ser. Mientras haya más de 4000 jóvenes en el paro en la isla, de los casi 9000 totales que tenemos, tenemos una opción para solucionar nuestros problemas sin llenar más la isla de trabajadores foráneos con todos los problemas que se crean. Es verdad, para esto hace falta un poquito de compromiso, de sentido común y coherencia. Y eso nada tiene que ver con asustarnos con el crecimiento poblacional que se espera que tengan las islas en los próximos años, a la vez que se hacen llamamientos para que vengan más trabajadores. Tampoco tiene nada que ver con decir que trabajamos para crear trabajo para nuestra gente de calidad, y lo que se hace es eternizar las malas condiciones con la importación permanente de mano de obra. Y mucho menos con mejorar nuestros servicios públicos, cuando los sometemos a una permanente  tensión con la incorporación de nuevos pacientes, alumnos y usuarios en general. Dicho queda.