LA “HONRADEZ” DEL “INCLITO” JOEL DELGADO
- JUAN BELLO CABEZÓN
Creo que no hay cosa más esperpéntica que un artículo de Joel Delgado hablando de honradez y trilerismo.
Te lo dicen y te parece mentira que pueda llegar el atrevimiento tan lejos. Aunque, conociendo sus históricas y frecuentes andanzas, posiblemente no extrañe tanto ni su desvergonzado atrevimiento desmedido ni que cargue contra los que le dieron la posibilidad de ser concejal de Arrecife y senador por Lanzarote, sin más merecimiento que su glotonería política temprana.
Da el hombre consejos que para él no tiene en un artículo que titula “No normalicemos la derrota y mucho menos la festejemos, por favor” que publicamos en este mismo periódico digital para que cada elector pueda “disfrutarlo” a su manera. El chiquito que intentó meter a su madre a dar clase de inglés, sin conocer una palabra del idioma de William Shakespeare, por aquello de que tenía un amigo “cercanísimo” de concejal en Arrecife nos escribe sobre “…un ejemplo de honradez. La clase política debe alejarse del trilerismo aunque los pactos legítimos te coloquen en el gobierno, siempre será más ético, creíble y razonable decirle a la gente en qué has fallado para mejorar en el futuro…” entre otras perlas de museo de personajes de caras de piedra.
Como alternativa a la celebración en el momento de derrota, el senador que fue investigado por “colar” facturas en el Cabildo mientras estaba en dedicación exclusiva en la Cámara Alta, me imagino que pedirá que hagan otras cosas como reflexionar. Aunque también queda la opción de dedicarse de la noche electoral a la mañana siguiente, a crear perfiles falsos para insultar a terceros, especialmente a los compañeros de partido, a “pasar información interna” a terceros partidos e, incluso, a presentar facturas a “trote y moche” por tantas cosas comose le ocurran al primer ayuntamiento que se deje a cambio de unos consejitos a su alcalde y mejores amigos de concejales de la Medina a la Meca.
En fin, que Joel no deja de ser un “meme” de sí mismo. Lo que sorprende es que todavía haya políticos que dediquen el erario público a pagar ciertas cosas. Pero la viña del Señor es así de variada e incomprensible.
¡Chicos, no celebren nada hasta que no pase la factura Joel! Para que la fiesta sea total. Y si quieren una buena traducción al inglés, ya saben adónde tienen que ir.
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