Un año después de aquel 28 de mayo (I)

Y ya pasó un año. Y así llegaremos al 2027, a las próximas elecciones locales. Sin apenas darnos cuenta, sin ver grandes diferencias. Y, posiblemente, un poquito (o un montón) más desilusionados. La vida es así. El madurar conlleva la pérdida de la inocencia, el aceptar que siempre nos decepcionan aquellos en los que confiamos. Los otros, aquellos en los que no confiamos, nos pueden mentir pero rara vez consiguen engañarnos y nunca nos decepcionan. Tengo todavía metido en mis oídos el sonido del móvil que me despertó diez minutos después de dormirme a las cuatro y diez de la mañana de aquella madrugada del 29 de mayo, pero solo miré la pantalla. No atendí la llamada. Sabía qué quería. Y cuando la gente está contenta siempre encuentra mejores opciones, con sus mejores amigos. Yo también tenía una mejor opción: podía dormir un par de horas, después de un largo día electoral, con noche electoral televisiva agotadora incluida. Había cambiado algo la realidad política insular, pero no tanto.
- Escrito por MANUEL GARCÍA DÉNIZ









