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El Gran Tsunami de Tenerife

Un tsunami (del japonés «?» tsu, puerto o bahía, y «?» nami, ola) o maremoto (del latín mare, mar y motus, movimiento) es un evento complejo que involucra un grupo de olas de gran energía y de tamaño variable que se producen cuando algún fenómeno extraordinario desplaza verticalmente una gran masa de agua. Este tipo de olas remueven una cantidad de agua muy superior a las olas superficiales producidas por el viento. Se calcula que el 90% de estos fenómenos son provocados por terremotos, en cuyo caso reciben el nombre más correcto y preciso de «maremotos tectónicos».

La energía de un maremoto depende de su altura, de su longitud de onda y de la longitud del frente de la o las ondas. La energía total descargada sobre una zona costera también dependerá de la cantidad de picos que lleve el tren de ondas (en el maremoto del océano Índico de 2004 hubo 7 picos enormes, gigantes y muy anchos). Es frecuente que un tsunami que viaja grandes distancias, disminuya la altura de sus olas, pero siempre mantendrá una velocidad determinada por la profundidad sobre la cual el tsunami se desplaza. Normalmente, en el caso de los tsunamis tectónicos, la altura de la onda de tsunami en aguas profundas es del orden de 1.0 metros, pero la longitud de onda puede alcanzar algunos cientos de kilómetros. Esto es lo que permite que aún cuando la altura en océano abierto sea muy baja, esta altura crezca en forma abrupta al disminuir la profundidad, con lo cual, al disminuir la velocidad de la parte delantera del tsunami, necesariamente crezca la altura por transformación de energía cinética en energía potencial. De esta forma una masa de agua de algunos metros de altura puede arrasar a su paso hacia el interior.

 Ahora, un grupo de investigadores liderados por el catedrático de Ingeniería Geológica de la Universidad Complutense de Madrid, Luis Ignacio González de Vallejo, acaba de descubrir que uno de los mayores tsunamis del mundo se produjo en Tenerife. La ola, que llegó a alcanzar una altura de 150 metros, se originó a raíz de una erupción volcánica en el edificio previo al Teide, que causó al deslizamiento de todo el flanco de la zona norte de Tenerife afectando especialmente a la Isla Baja, en el extremo noroeste de la isla. En una entrevista concedida a 'Canarias Radio La Autonómica' y recogida por Europa Press, González de Vallejo situó este episodio hace 160.000 o 170.000 años. Según sus estudios, el deslizamiento produjo un "enorme derrumbe" con una avalancha de rocas que se precipitó al mar a una velocidad que pudo alcanzar entre los 150 y 200 kilómetros por hora, suficiente para generar el megatsunami que se adentró 500 metros en tierra, "inundando Teno, la Isla Baja y buena parte del norte de Tenerife, y llegando a alcanzar también a otras islas del Archipiélago".

Preguntado por la posibilidad de que un episodio de estas características se vuelva a producir, se mostró "convencido" de que no ocurrirá si se toma como referencia el "futuro humano". "Otra cosa es el futuro geológico, donde en islas como La Palma o Tenerife, que son las más verticales, se producirán nuevos deslizamientos dentro de varias decenas de miles de años", señaló. Luis Ignacio González de Vallejo y su equipo, formado por paleontólogos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y del Museo de la Naturaleza y el Hombre del Cabildo de Tenerife, realizan investigaciones desde hace 12 años sobre los depósitos de tsunamis en Canarias.

 Áurea Gutiérrez

Fuentes: wikipedia, ep.

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