PUBLICIDAD

Cuando la política se convierte en sólo poder/ cuando el amor se convierte en sólo sexo

Recorrido electoral  (39)

 Estamos ya en medio de la vorágine electoral, apenas a una semana para que se dé el pistoletazo de salida oficial a la gran competición cívica, no siempre con deportividad, que es una campaña electoral. Hombres y mujeres, con sus colores y programas, se dirigen a más hombres y mujeres en busca de apoyo, de sus votos, para acceder por la puerta grande a la administración pública. Para tomar posesión de un trocito del queso que da sabor de mando a esta vida.  Significa ser o no ser, decidir o no decidir. Conlleva una carga emocional increíble, transmuta al hombre o la mujer de todos los días en el hombre o la mujer a secas. En la referencia de la comunidad. Da el pase pernocta para escabullir desaires y arreglar problemas. Te coloca en la parte alta de la sociedad, por un tiempo, es cierto, pero eso sólo se nota cuando se acaba. Capacidad de decidir el futuro de tu pueblo, el destino de tu gente, el sueldo que cobras y el que le pagas a los de tu alrededor. Y no se necesita capital, ni ahorros, ni hipotecas, sólo votos. Consiste, como en los juegos de magia, en ilusionar al electorado, en que crea que tú eres el elegido para que ellos acaben eligiéndote. En escuchar y empatizar, en escuchar y empatizar, en escuchar y empatizar. Y después llega la gloria, sólo algunos, como en la lotería. Pero al que le toca, le cambia la vida.

La política y el poder es como el amor y el sexo. En la política todo es hacer cosas por los demás, mantener vivos unos ideales, curtirse en unos principios, compartir ideas y proyectos, anhelar soluciones y embarcarse en sacrificios. Pero acaba enterrado en el sexo puro, perdón, en el poder. Ya es más importante mantenerse que comportarse como un eyaculador precoz y acabas atosigando a la comunidad por no dejarte llevar, por no buscar la satisfacción del pueblo sino tu propia permanencia. Se acaba el amor, los principios, los ideales. Ahora todo es puro sexo. Se hace lo que dicen los poderosos porque si no desestabilizan mi poder, se hace lo que garantiza ganar, no lo que nos garantiza sobrevivir en mejores condiciones de igualdad y felicidad. Y, poco a poco, esa insensibilidad, acaba también con el sexo y sin posibilidades de recuperar el amor. Ya sólo queda una salida: que es la salida, el adiós, y la llegada de otro. Que empezará disfrutando con las bondades del amor pero acabará, con el tiempo, abducido por el poder.  Primero con pequeños escarceos, compatibilizándolo con un amor aparente que permite cumplir parte del programa, después cae en la orgía institucional, se revuelca en las oscuras cloacas y cae. Y vendrá otro muy enamorado... Y así no sé hasta cuándo.

Muchos se meten en lista sin tener la más mínima idea de las necesidades de la gente, sólo conocen las suyas, que no son pocas. Entran en la política con el único propósito de disfrutar del sexo, digo, del poder. Se les ve venir, pero son encantadores, prometen ser mejores que nadie, más comprensivos que nadie y la tienen más grande que nadie. Me refiero a la cara y las propuestas. Están tan deseosos de tener poder que son capaces de aparentar que les gusta la política. Acabarán, si lo consiguen, ricos y exhaustos de disfrutar de los placeres de la vida fácil. Sólo algunos, muy pocos, acabarán en la cárcel. La mayoría seguirán riéndose de los que creen en el amor.  Y mucho más de los que creen en el amor con buen sexo. Ellos saben que la política es al poder lo que la larva a la mariposa. Y ellos abrieron las alas más hermosas y coloridas y no recuerdan su experiencia iniciática del bicho puente.

Seguro que estás viendo más de una mariposa revoloteando en tu ventana, de color azul, rojo, verde, amarillo, trasparentes u opacas.  ¿Pero ves alguna larva? Si eres capaz de verla ya sabes qué tienes que votar si quieres que cambien tu ciudad, tu pueblo o mejoren tus posibilidades colectivas de ser feliz. ¡Fíjate bien! No te dejes llevar por ropajes, por partidos, por ideas, por promesas. Elige a una buena persona, con una buena trayectoria, y con buenos sentimientos. Por supuesto, puede acabar también convertido en mariposa pero por lo menos sabes que mientras tanto hará que sea compatible poder con política. Mandar con escuchar, ser más con estar más cerca, estar más arriba para llegar más abajo. Estar mejor para que los demás también lo estén.

 Parece un rollo, posiblemente lo sea, pero el sexo es una tentación demasiado fuerte para dejarlo en manos exclusivas de los viciosos.

      

Comments are now closed for this entry