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EDITORIAL del domingo . . . Así no, señor presidente

El presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, dio una rueda de prensa el pasado viernes donde, más allá de volver a repetir la línea argumental de la Institución con respecto a apartar a dos técnicos de un caso urbanístico por seguridad jurídica, arremetió contra un lobby mediático y sus instigadores políticos. Aunque realmente no se sabe quienes son los instigadores e instigados en esa relación interesada, parece, a todas luces, innecesaria la denuncia del presidente para desvelar lo que es obvio.

A nadie se le escapa en esta isla, desgraciadamente para aquellos que quieren intervenir socialmente con menos dependencia y menos financiación condicionante, que hay una relación entre partidos políticos y medios de comunicación tan estrecha, interesa y, a veces tan repugnante, que lo vicia todo. Sólo hay que ver niveles de facturación y privilegios para que no hagan falta  más explicaciones. Las líneas editoriales, cambiantes según quien pague, explican cuándo, cómo y cuánto se ha llevado a cabo el acuerdo económico. A veces hasta el día de facturación y el de cobro. No es raro que los propios profesionales marquen las líneas políticas y exijan no sólo comportamientos favorables para ellos sino también castigos para los otros. Son tan mezquinos y evidentes, que sobra que el presidente se meta en estos charcos innecesariamente. Hay muchas fórmulas para actuar contra estos antes de llegar a ruedas de prensa así.   

 

Es verdad que Pedro San Ginés está siendo acosado por un PSOE que está en la oposición y que quiere desbancarle, como parece además lógico, del poder. No es menos cierto que en esas intenciones cuanta con el apoyo de quienes viven mucho mejor en situaciones distintas a las actuales con ingresos difícilmente justificables y también es lógico.  Además, no es menos lógico y evidente, que una facción de CC está luchando al lado de aquellos porque quiere acabar políticamente con él. Y es evidente que lo hacen desde una plataforma conjunta. Donde no faltan reuniones para marcar estrategias y promesas de futuro para navegar en la abundancia. Eso es así, y no lo va  a cambiar el presidente.

 

Pedro San Ginés lleva un año gobernando. Ha hecho un gobierno del que ni siquiera la oposición ni sus correas de transmisión han podido cuestionar con credibilidad. Tanto es así, que ha sido un año realmente bien recibido. Se ha hablado más del grupo de gobierno para bien que para mal. Y eso lo debería tener claro Pedro San Ginés, que ha pasado de ser un desconocido a tener niveles de conocimiento y popularidad más que aceptables. Y eso lo dicen todas las encuestas que están sobre la mesa. Y, por eso, ya en periodo electoral, se convierte en objetivo principal. No puede ser de otra manera. Carlos Espino, Pepe Torres y quienes le siguen el juego, con todo el derecho e interés del mundo, saben que eso no es bueno para ellos. Y es verdad. Tienen toda la razón.

 

En esa situación, no es que esté acorralado Pedro San Ginés. Lo que se evidencia es que están queriendo acorralarle. Y dar la imagen de víctima y poner sobre la mesa la fuerza de los otros sólo sirve para cohesionarles y animarles. Y para que lo ridiculicen. Como han querido hacer. Reducir la rueda de prensa del presidente a las noticias y titulares que hemos visto parece una vergüenza más para el periodismo que para un presidente que ha dado un paso equivocado. Este medio no recogió noticia alguna de esa rueda de prensa. Y la decisión se tomó antes, incluso, de darse la rueda de prensa. Por una simple razón, este periódico nace con toda la ilusión pero con pocos recursos y hay que administrarlos del tal forma que impide cubrir muchas cosas. En muchas ocasiones, hasta las intrascendentes. Aunque pensábamos que con el tiempo mejoraría esa situación, viendo como está el patio y  nuestras intenciones, parece más fácil ir perdiendo la ilusión que mejorando los recursos económicos.  

 

La fuerza de Pedro San Ginés está en se presidente del Cabildo. En tener la potestad de hacer y deshacer y no en decir y desdecir. Su victoria radica en lo que se crea el pueblo, no en lo que se crean sus rivales políticos y mediáticos. Si lo que busca es contentarlos o evitar que le persigan, a través de las palabras, lo tiene realmente fácil. Basta con decirles: “Dimito, aquí tienen la Presidencia, el Cabildo y sus prebendas”. En cambio, si lo que quiere es ser el presidente del Cabildo, que gobierne. Y que deje esas cuitas en manos de sus asesores. Una persona es presidente pero un presidente es mucho más que una persona.

   

 

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