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Contra el racismo, responsabilidad

Revisando la prensa digital del fin de semana, me encontré con una noticia que hablaba de una bronca en Puerto del Carmen, en la que salieron heridos dos guardia civiles que intervinieron en la reyerta, estando fuera de servicio, y resultaron malparados.

Jueves noche, zona turística, alcohol... Los ingredientes estaban servidos para un titular de este tipo, que desgraciadamente es cada vez más habitual en nuestro país.

 Pero había un elemento más, al cual no dí especial importancia de entrada, pero que generó el 90 por ciento de los comentarios de los lectores: la nacionalidad marroquí de quienes comenzaron la pelea.

 No suelo confiar en los mensajes que cuelgan de las noticias en los digitales, porque sospecho, por el tono y la acritud, que son enviados por simpatizantes, militantes, cargos públicos o incluso asesores de los partidos políticos que gobiernan. Es decir, personas implicadas en la vida pública y que representan a un colectivo muy minoritario de la ciudadanía. Por tanto, no considero que desvelen las preocupaciones reales de nuestra sociedad.

 Pero en este caso, la reyerta entre dos marroquíes en la que intervienen dos guardia civiles que no estaban de servicio y que deriva en heridas de distinta gravedad de los funcionarios, la cosa es diferente. Porque no hay rédito político en esta situación salvo para quien recuerda la responsabilidad de Zapatero en la regularización de extranjeros residentes o lo que consideran tibieza en su política de Inmigración.

 En estos mensajes, sobre todo hay bilis. Una bilis antigua e ignorante, que desconfia de cuanto viene de fuera, salvo que lleve bermudas y deje euros brillantes y nuevecitos. “Expulsar esa basura”, “Moritos que poco a poco nos van comiendo”, o “La solución, una patera, dos remos y los guardia civiles en la costa con una metralleta”, son sólo algunas de las perlas que afearon mi mañana.

 Junto a ellas, una pintada en Valterra: “Extranjeros, no voten. Les quieren engañar”. Imagino que firma el mismo que asegura en el digital que “Esto pasa por las leyes de risa que tenemos en España y los cuatro listos que se están forrando en las ONG, tragando ayudas y metiendo en nuestro país toda esta basura de gente”.

 Creo que ante la lacra del racismo y la xenofobia que todavía lastra a buena parte de nuestra sociedad, sólo contamos con las herramientas de la formación, la información y la responsabilidad. Y espero que los extranjeros residentes en Lanzarote que tengan derecho a votar en nuestras Elecciones municipales, lo hagan. Porque es su derecho, porque es su privilegio y porque sólo así podrán integrarse plenamente y luchar desde dentro por acallar las voces del odio y la ignorancia.

 

(*)Eva de Anta es miembro de la candidatura del PSOE al Ayuntamiento de Arrecife

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