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El gobierno que viene

Lo que parecía que nunca llegaría, y que tenía muy preocupados  tanto a sus rivales como a los estudiosos de la alternancia en la democracia, se producirá esta semana. Con el debate de investidura en el Parlamento de Canarias, este jueves y viernes, se escenifica el cambio de gobierno real en Canarias.

Por primera vez desde que existe Coalición Canaria, que es tanto como decir 26 años, no solo el presidente que salga elegido en ese debate no será de esa formación política canaria sino que, además, CC no estará en el gobierno. Una situación completamente nueva para Coalición Canaria que nació en el gobierno, con la unión de todos los que se sumaron para censurar al socialista Jerónimo Saavedra, en 1993, que gobernaba Canarias por segunda vez, en pacto con las AIC, que abandonaron el gobierno para hacer presidente, con una moción de censura,a Manuel Hermoso, al que fuera alcalde histórico de Santa Cruz, puesto que abandonó en 1991 para, primero, ser vicepresidente de Saavedra y, después, salvado su juicio en el TSJC por la operación MAHER, convertirse en presidente al censura al gobierno del que formó parte durante los primeros años de la III Legislatura.

La incuestionable fortaleza del PSOE, auxiliado por la ola electoral provocada por la celebración de las elecciones generales un mes antes que las autonómicas, ha hecho posible el cambio. Y también el deterioro de sus relaciones con CC. Y también que CC haya llegado dividida a la actualidad con su brazo grancanario funcionando por su cuenta y riesgo y con cinco parlamentarios. Y también porque la nueva política hiciera que Podemos se instalara en las islas y sumara cuatro parlamentos. Y también porque Casimiro Curbelo donde ve el gobierno pone a sus tres parlamentarios. Y también, y también, y también…

Pero, sea por lo que sea, y fundamentalmente porque el centro derecha comandado por CC (20) con el PP (11) y Ciudadanos (2)  como compañero imprescindibles no han sido capaces de hacer piña y esperar a que el amigo de Fernando Clavijo, Casimiro Curbelo, arrimara su sardina a este lado amigo, tendremos en Canarias a un filólogo, ex alcalde de Arucas, municipio grancanario del que procede, y ex consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, a las órdenes de Antonio Morales (NC), como presidente de Canarias. El secretario general de los socialistas de Canarias, Ángel Víctor Torres, será, a partir de este viernes, con toda seguridad, nuevo presidente canario, en lo que se percibe como un giro a la izquierda, en un pacto de progreso, que anuncia que tendrá en la lucha contra la pobreza su principal objetivo.

Y Ángel Víctor  no lo tendrá nada fácil, pero tampoco sus principales rivales para sobrevivir en una zona de la política que sólo conocían de oídas en el Parlamento. La salida del gobierno de CC, no se sabe por  cuánto tiempo, en caso de no revertirse la situación con una moción de censura a corto plazo, operación que nadie descarta, a poco que el centro derecha sea capaz de ponerse de acuerdo en quién preside y cómo se reparte el poder, y le den una excusa a Casimiro para, por el bien de La Gomera, dar el cambiazo, puede provocar una catarsis. Además, CC no sólo se cae del Gobierno de Canarias, sino, como es lógico en estas situaciones de cambio de tercios, que también está muy dañada en su histórico poder municipal, con la pérdida de los ayuntamientos de Santa Cruz y La Laguna, en su feudo talismán tinerfeño, y la amenaza creciente de que el mal suyo se lleve también, previa moción de censura, hasta el propio Cabildo de Tenerife.

En estas situaciones, el principal enemigo de CC es la propia CC, que sufrirá, en la estrechez financiera que va a padecer y con el repliegue de tantos generales, sargentos y tropa, más de un amotinamiento interno. Ya sabe que si la tropa está ocioso y encima mal pagada tiende a hacer la guerra por su cuenta y riesgo contra los suyos. Por eso, CC estará en ver si en este tiempo consigue zafar la patita que la justicia le tiene cogida a Fernando Clavijo, y que lo convierte en un problema en cualquier negociación porque, en estos tiempos, al revés que como empezó Coalición y Manuel Hermoso, no se va al gobierno imputado, de vicepresidente siquiera del secretario general del PSOE, que también presionaría para salvar a su segundo. Y en revolverse con los populares aquí y en Madrid, y con los Ciudadanos aquí y en Madrid, para ver si Curbelo, después de solucionar las cosita más complejas en este pacto, firma el otro.

Esos movimientos mantendrán en vilo al presidente in pectore, al grancanario Ángel Víctor, que sabe que la burguesía canaria, y muy especialmente la chicharrera, estará ojo avizor de que su apuesta por la pobreza no le incomode su riqueza. Pero, sobre todo, estará en vilo con los miembros de su gobierno. Sobre todo, con los dos de esos 10 consejeros que son las máximas figuras de sus partidos. Me refiero, claro, al expresidente por CC, ahora líder de NC, el grancanario también Román Rodríguez y a la líder de Podemos, la también grancanaria Noemí Santana. Son los tres, incluyo al presidente, de Gran Canaria, donde tienen sus objetivos comunes pero también su rivalidad política porque se mueven es espacios coincidentes. Quiero dejar fuera a la que será consejera de ASG, porque esta se moverá según le marque Casimiro Curbelo, no en la gestión (que también) sino en los posibles movimientos rupturistas.

El tener un expresidente de vicepresidente puede ser un gran problema. Que lo tenga, además, un presidente con poca experiencia, apenas fue alcalde de Arucas y consejero de Deportes, crea más dudas. Que ese vicepresidente lleve, además, Hacienda y Planificación, dos tareas troncales de cualquier gobierno, tampoco anima a ser optimista. Aunque nunca se sabe. Quizás Román, tan dado él a convertirse en el centro del mundo, tome una actitud paternalista con Ángel Víctor y haga en baja voz lo que su ego le pide que publicite en carteles cinemascope. Si el socialista presidente tiene poca experiencia, la podemita no tiene ninguna. Que eso puede ser bueno para los socialistas y el presidente, en cuanto que Noemí vivía sin vivir en ella por el golpetazo electoral, planteándose, incluso, dejar la secretaría para asumir la culpa. Pero el gobierno del progreso, de las flores, o que acabó con 26 años de nacionalismo (moderadito y de derechas) institucional  le ha dado un balón de oxígeno que piensa utilizar para escenificar desde su consejería Social la lucha del gobierno contra la pobreza, y dar imagen de izquierda.

No lo tendrá fácil, repito, Ángel Víctor Torres, ni con los suyos, ni con los otros, ni con los que no son ni suyos ni de los otros. Pero, en cambio, estrena ciclo, dándole el cambiazo a CC, con la que el PSOE actuó tantas veces de muletilla en estos 26 años de presidencia nacionalista ( moderadita y de derechas), a pesar de que iniciaron el ciclo traicionando a los socialistas, con los que gobernaban en aquellos años de principios de los noventa, en los que volvió a la Presidencia Jerónimo Saavedra, después de estar cuatro años en la oposición del gobierno de derechas que empezó con Fernando Fernández (CDS) de presidente y acabó con Lorenzo Olarte(CDS) de presidente al someterse el primero a una cuestión de confianza en una “granja” llena de lobos. No es fácil, no tiene por qué serlo, pero sí es una enorme oportunidad para la izquierda y sus allegados. ¿La aprovecharán o no le dejarán? ¿Se romperán ellos mismos en el gobierno? ¿Será más de izquierdas este gobierno de Torres que el que presidió Saavedra con el “pacto del progreso”, del PSOE con IU de 1983-1987? ¿Tendrá más o menos controversias públicas? ¿O se caerá a los dos años porque NC se acerca a CC y vuelven a traicionar a los socialistas como en 1993? ¿O Casimiro no durará ni un año cerca de Noemí? Son simples preguntas, esperamos las complejas respuestas que el tiempo nos dará.

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