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Quédate en casa, es sencillo

Ya está. Ya lo tenemos aquí.

El coronavirus Covib-19 ha llegado a Lanzarote y se reproduce por mitosis como en todos lados. Así que no queda otra que tomar medidas y no ponerle las cosas fáciles a la hora de infectarnos o de matar a los más vulnerables de nuestra comunidad. Llevamos vidas enteras diciendo que daríamos la nuestra por nuestros padres, por nuestros hijos, por nuestros amigos, por nuestros vecinos, casi por todo el mundo. Incluso, rizando el rizo, daríamos la vida por nosotros mismos. Pues ha llegado el momento de demostrarlo. Y de forma facilita. Nos han puesto deberes para hacer en casa. Solo en casa, sin amigos, sin amigas. Con nuestra familia. No parece un esfuerzo tan grande.

 Con lo que nos gusta estar en casa y estar con nuestra familia, este confinamiento que nos llega con el estado de alarma parece una bendición de Dios. No todos podemos estar con toda la familia, algunos tenemos que pasar estos quince días sin ver a nuestros hijos, que se encuentran fuera de la isla, incluso algunos en el epicentro español de la epidemia. Y nos parece una suerte que se pueda estar en casa con la familia. Así que fuera quejas, y disfruta de tu casa y de tu familia. Y, además, vas a quedar como un héroe. Simplemente lavándote las manos, evitando salir de forma innecesaria a la calle, y manteniendo la paz social en tu propio hogar.

¿Necesitas comida? Pues nada, te coges el coche, sigues las orientaciones de los empleados, compras lo que quieres, mantienes la distancia de seguridad con otros clientes, pagas con la tarjeta y te vuelves a casa. Sin estridencias, sin exabruptos, con tranquilidad. Compras lo que necesitas y a casa, con tu familia, con tus seres queridos. A seguir luchando, o sea, dormir un rato, leer, cocinar, ver la tele. Nada del otro mundo. Pero viviendo como un héroe. Si acaso tienes perro, sácalo, que haga sus necesidades y vuelve a casa. Pero coge la caquita y deposítala en el contenedor,  que el Real Decreto no exime de las responsabilidades ciudadanas de siempre fuera de casa. Si tienes que ir a la farmacia, vale todo lo anterior.

No te agobies. Si lo que te están pidiendo es que no hagas más de lo necesario.  Es lo que has pedido siempre. Si tienes que trabajar, te vas a trabajar. No te preocupes por estar en casa, ni en bar, ni en la discoteca, ni en el parque hay nadie. Los demás, pobres y ricos, hombres y mujeres, están haciendo lo mismo que tú. Exacto, están en casa. Y están tan felices como tú. Salvo que sean sanitarios, policías, dependientas de comercios de productos básicos y demás que se están jugando el pellejo para que tú tengas seguridad sanitaria, seguridad ciudadana y comida a tu disposición. Por eso, ellos son héroes como tú, aunque tú te quedes en tu casa con los tuyos y ellos estén todo el día entre potenciales propagadores del Covib-19.

La situación es realmente excepcional. Tenemos suelto a un ejército de minúsculos seres, invisibles, procedente de China, que ha llegado hasta aquí a lomos de hombres y mujeres como tú que se empeñaron en moverse de aquí para allá sin más control que sus propios antojos. De una provincia recóndita de China ha venido a parar aquí, a miles de kilómetros, ayudado por su prolifero sistema reproductivo. Se parte y se multiplica, mitosis le llaman. Así, gana el chico. Por eso, tienes que quedarte en casa, para no infectarte tú con contactos con otros posibles infectados y salvar así a tus familiares más vulnerables y a ti mismo.

Puedes hacer el imbécil y tirarte a la calle, pero si quieres ser un héroe y demostrarles ese amor que les tienes a tus familiares, amigos y vecinos no salgas de tu casa, salvo que sea para cumplir con las excepciones del estado de alarma. Todo lo demás es innecesario. Sé un héroe, duérmete un rato.

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