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Sanidad recuerda la forma de prevenir toxiinfecciones alimentarias en verano

Adoptar medidas básicas de higiene en la manipulación y conservación de los alimentos contribuye a evitar las toxiinfecciones alimentarias tanto en casa como en establecimientos de hostelería

 La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias quiere recordar que la mejor forma de prevenir toxiinfecciones alimentarias es adoptando medidas de prevención elementales, tanto en la elaboración en nuestro domicilio de alimentos, como en el consumo de los mismos en establecimientos de restauración y chiringuitos. Las altas temperaturas de esta época del año y la falta de higiene en la cocina, así como la inadecuada manipulación de los alimentos, facilitan la proliferación de bacterias responsables de numerosas toxiinfecciones.

 

Las altas temperaturas del esta época del año y la falta de higiene en la cocina, así como la inadecuada manipulación de los alimentos, potencian la proliferación de bacterias  responsables de numerosas toxiinfecciones, de las que el 50% se producen en el hogar.

Ancianos y niños pequeños son los grupos de mayor riesgo. Para evitar toxiinfecciones, a la hora de preparar los alimentos en casa o en establecimientos de hostelería, es imprescindible extremar las medidas de higiene y recordar.

Manipule los alimentos de forma higiénica

Para evitar la contaminación de los alimentos, es imprescindible cumplir con unas pautas de higiene en la manipulación: lavado de manos frecuente y siempre después de ir al servicio; protegerse las heridas de las manos; mantener limpios los utensilios que se vayan a utilizar; y evitar cualquier contacto, directo o indirecto (superficies, cuchillos, tablas, etc.) de los alimentos crudos con los alimentos cocinados o preparados.

Cocine los alimentos con calor suficiente

Durante el cocinado se debe aplicar calor suficiente ,para garantizar la destrucción de posibles  los gérmenes. Es particularmente peligroso que las carnes de aves y las carnes picadas queden crudas o poco hechas.

No deje los alimentos preparados expuestos a temperatura ambiente

Las temperaturas ambiente elevadas favorecen la rápida multiplicación de las bacterias y la formación de toxinas en los alimentos. Cuando los alimentos cocinados o preparados no se vayan a consumir de inmediato es imprescindible mantenerlos en caliente, o conservarlos en frío.

Enfríe rápido los alimentos cocinados y consérvelos en frío

Si un alimento ya cocinado o preparado no va a ser consumido a continuación, se procederá cuanto antes a su refrigeración o a su congelación. Mantenga siempre en refrigeración: carnes, vísceras y embutidos; huevos; quesos frescos; salsas; leche y derivados lácteos (yogures, postres lácteos); pasteles, tartas y cualquier postre que lleve en su composición crema o huevo; ensaladas, ensaladillas y todos aquellos alimentos que vayan a ser consumidos en frío; comidas preparadas: albóndigas, carne con papas, croquetas; semiconservas: anchoas, boquerones en vinagre, jamón cocido, patés…

Caliente suficientemente los alimentos cocinados antes de consumirlos

Los alimentos cocinados que se conserven en frío, antes de su consumo deben ser calentados con rapidez y alcanzar una temperatura igual o superior a 65° en el centro interno del alimento. Si se trata de alimentos que se consumen en frío, se deben consumir sin demora, una vez sacados del frigorífico, a fin de evitar toda situación que favorezca la multiplicación bacteriana.

Precauciones con los alimentos que se consuman crudos o cocinados con escaso calor

Los alimentos que se consumen en crudo o poco hechos suponen un mayor riesgo, dado que estos alimentos no se benefician del efecto germicida del calor del cocinado. Por ello se deben tomar precauciones especiales, como son: comprar las materias primas en buenas condiciones de frescura, observando que cumplan las normas de presentación, conservación y etiquetado; congelar el pescado para evitar la presencia de parásito anisakis.

Sumerja los vegetales que se vayan a consumir en crudo, como lechuga y tomate, en agua con unas gotas de lejía unos minutos, lavándolos a continuación con agua corriente. Es importante utilizar para ello lejías en cuya etiqueta se especifique que son aptas para desinfectar vegetales o agua de bebida.

Manipule higiénicamente los huevos frescos

Los alimentos que tienen como ingrediente el huevo son responsables de numerosos casos de salmonella cada año. Hay que prestar una especial atención a su manipulación y tomar precauciones como: no adquirir  huevos cuya cáscara presente suciedad, fisuras o roturas; guardarlos en el frigorífico; evitar que los huevos crudos entren en contacto con otros alimentos; no lavar la cáscara del huevo, ya que podemos favorecer la penetración de gérmenes al interior del mismo; no cascar el huevo en el borde del plato o recipiente de batido, no separar nunca las claras de las yemas con la propia cáscara del huevo, cocinar el alimento hecho con huevo con rapidez.; no emplear los recipientes y utensilios usados en la preparación en crudo para contener o manipular el alimento ya cocinado.

Evite la presencia de insectos y roedores  y controlar a las mascotas

No hay que olvidar que los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y ser el origen de la contaminación de los alimentos, por lo que las mascotas y animales domésticos no deben estar en las cocinas ni cerca de los alimentos. Hay que evitar los focos de atracción de insectos y roedores (basuras,  alimentos sin protección,  agua estancada, etc.)

Utilice exclusivamente agua apta para el consumo humano

Para la preparación de alimentos debe emplearse agua apta para el consumo humano, procedente de la red pública, o de otro origen, siempre que sea potable. En caso de que existan dudas de su potabilidad, habrá que desinfectar el agua mediante hervido o con la adición de lejía  que sea apta la desinfección del agua y dosificada según instrucciones del envase.

 

 

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