¡Las canchas para quiénes las usen!
Posiblemente no suene tan revolucionario como aquel grito de libertad decimonónico que invitaba a medianeros, jornaleros y empleados varios del campo a desposeer de la tierra a los señores feudales. ¡La tierra para quiénes la trabajan!, decían. Pero tiene su cosa, no crean. Sinceramente, da pena ir por los distintos pueblos por la tarde y ver cómo las canchas municipales y de los colegios duermen el sueño de los justos mientras, por otro lado, ves a los chicos y chicas apalancados y apalancadas en cualquier esquina ataviados y ataviadas con el móvil, fumando o liándose un porro. Puede parecer exagerado, pero las canchas están protegidas frente a quienes tienen que usarlas de forma libre y, en cambio, los adolescentes están desprotegidos, alejados de estos recintos. En verano, sin escuelas deportivas y sin colegio, todavía es más llamativo y preocupante.
- Escrito por MANUEL GARCÍA DÉNIZ