La retórica del ninguneo
Cualquier persona que haya conocido a María Dolores Corujo, aunque ya fuera después de que dejara de ser Loli a secas, coincide en destacar que es una persona inteligente y con reconocibles capacidades. Por eso, no me extraña, cuando me dicen desde su círculo más cercano que empieza a mirar de reojo algunos comportamientos de su “amiguito del alma” convertido ahora, por su gracia, en jefe de gabinete de Presidencia del propio Cabildo de Lanzarote. Le nombró por su infinito agradecimiento por “lo que ha hecho con ella y por ella”, sin tener en cuenta que estaba imputado por presuntos delitos cometidos en un ente de ese mismo Cabildo, en la única oportunidad que había tenido para gobernar.
- Escrito por MANUEL GARCÍA DÉNIZ