Bernardo Bravo, un enamorado ilustrado de la lucha canaria

Bernardo Bravo Martín

Parece que fue ayer, pero han pasado ya 37 años. Iba caminando por las Cuatro Esquinas, dirección al semanario Lancelot y me saludó un hombre, un treintañero que no conocía. Me dijo que le gustaba la lucha canaria, que había leído alguna crónica mía en el semanario y que se había enterado de que el Cabildo me había aprobado una subvención de 160.000 pesetas (casi mil euros) para hacer una investigación de la lucha canaria para publicar un libro, el primero de la historia de la lucha canaria en Lanzarote. Le dije que sí, que estaba muy contento e ilusionado porque me encanta la lucha y quiero promocionarla, investigando primero. El hombre parecía un poco incómodo, como nervioso, hasta que me soltó lo que llevaba dentro. Me dijo que no le parecía bien que se le diera una subvención para hacer esa investigación a una persona tan joven, que él llevaba años recopilando información de lucha y que tenía la pretensión de publicar un libro. Le dije que podíamos colaborar y me dijo que no, que él ya lo tenía muy adelantado.

En aquel momento, no me gustó nada lo que me dijo Bernardo Bravo Martín, que así se llamaba ese hombre. Me creía lo suficientemente capaz para afrontar ese trabajo y, además, estaba muy ilusionado con revolver patas arribas bibliotecas y hemerotecas de todas las islas buscando información sobre mis héroes. Pero ahora, lo pienso, y no sé si yo pondría en manos de un adolescente una investigación de esas características. Pero lo cierto es que pude hacerla y me costó diez años de investigación, compartiéndola con mis estudios, con mi trabajo y mi vida, claro, y escribí el libro.

Entiendo perfectamente las dudas de Bernardo Bravo en aquel momento, él no me conocía tampoco y tener 18 años nada más no ayudaba a que tuviera confianza. Quien sí la tuvo, porque me conocía un poco más, fue el consejero de Deportes del Cabildo Santiago Gaudalupe. Y así, gracias a eso, conozco tantas historias de lucha canaria y existe un libro, “Lanzarote, en el terrero”, el primero de la lucha canaria en esta isla. Pero no quiero escribirles sobre mí sino de aquel hombre treintañero que conocí en la calle, en Arrecife, en 1985.

Bernardo está enraizado con una de las cunas de la lucha canaria de Lanzarote, con ese pueblo de Tao que tantos buenos luchadores ha dado y tanta afición ha tenido a este deporte nuestro. Empezó acercándose a los terreros desde muy joven, con su padre, y se enamoró de las mañas y del espectáculo tan plástico de este deporte. Pero no se conformó con verlo, también quiso aprender de su historia y contarlo a través de artículos en diferentes medios de comunicación. Muchos luchadores de épocas pretéritas de Lanzarote han salido del anonimato gracias a las investigaciones de Bernardo, que aprovecha sus ratos libres para dedicarse en cuerpo y alma a esta labor. Así es coautor, junto con Salvador Sánchez “Borito”, del libro “Historia y Vidas”, autor del “Memorial Club de Lucha Tao”, y escribió también el libro “Lucha canaria, lo nuestro”. Tres obras con las que hace una enorme aportación a la lucha canaria de Lanzarote.

Bernardo Bravo es un estudioso de la lucha canaria, un hombre que se sumerge en la historia de Lanzarote para rescatar nombres y vivencias de nuestra gente. Yo sé que él disfruta haciendo este trabajo y su mayor satisfacción es sacar del ostracismo a esos grandes luchadores que tuvo esta isla. Aun así, no estaría de más reconocérselo y animarle a que ese conocimiento que atesora llegue a nuestros jóvenes y personas interesadas a través de encuentros y charlas. A nuestra lucha canaria le falta mucho relato, le falta que las historias de nuestra gente sean contadas por nuestra gente a nuestra gente, creando un vínculo intergeneracional con este pedazo de patrimonio cultural que es nuestro deporte vernáculo. Y para eso son imprescindibles hombres como Bernardo Bravo. Yo apuesto por ello, y me alegra mucho haberle conocido, haber hablado de lucha con él y de que me diera un consejo cuando yo era un pollito. Ahora, que no soy tan pollito, me atrevo yo a darles un consejo a todos ustedes: aprovechen el trabajo de investigación de Bernardo Bravo para conocer mejor nuestra lucha canaria y su gente. Yo lo hice y me alegro un montón.