¿Qué le digo/ Qué me dice?

Con las cosas al aire (VIII)

Dentro de un rato, a las 12:00 horas, en la sede del PSOE en Arrecife, en Valterra, en la que ellos llaman, pomposamente, la Casa del Pueblo, en pleno ecuador del día, y apenas a dos jornadas de las votaciones de Primarias, los dos candidatos a la Secretaría General Insular del PSOE, Marcos Hernández Guillén, pedagogo, aspirante, y María Dolores Corujo Berriel, psicologa, defensora del puesto, medirán sus dialécticas en un debate que podrá seguir el que quiera a través de Internet, vía streaming, desde su ordenador, tablet o incluso móvil.

Al final, hay debate, a pesar de  que el secretario de Organización y escudero de la Secretaría General y aspirante a revalidad el cargo, José Juan Cruz Saavedra, se había empeñado en transmitir que esas cosas eran boberías. Que lo importante era conseguir los votos y esperar al domingo haciendo tiempo con visitas a las agrupaciones, con la murga que les acompaña a todos lados para dar la sensación de que son muchos, cuando apenas cinco o seis personas del lugar, como pasó, por ejemplo, en Tinajo y Haría, respondían a su ruidosa convocatoria.

Pero la presión de la otra candidatura y el sentido común hizo que al final se celebre. A última hora, sin haberse hecho público todavía quién lo modera, y con retransmisión en streaming, en internet, desaprovechando las TVs que se prestaron a convertir el debate del PSOE en plato de interés insular general. ¡Qué menos que eso cuando se presume después de ser la primera fuerza política insular! Aunque se tenga dos parlamentarios y CC tenga tres, aunque el senador sea del PP, aunque en el Cabildo los nacionalistas de Migdalia tengan siete y el PSOE sólo cinco. Hasta con las matemáticas se juega.

 Son dos demagogos por encima de todas las cosas, Marcos y Lola han hecho carrera con su palabrería en el PSOE y a ninguno de los dos se les conoce más actividad profesional desde que volvieron a la isla de la Universidad que su discursito de cristal. Es verdad que Marcos aprovechó rápido para quedarse de contratado laboral fijo en el Cabildo en los años aquellos en los que los socialistas Segundo Rodríguez, un gran defensor del chico de Tinajo en sus inicios, era vicepresidente del Cabildo y Florencio Suárez (q.e.p.d.), buenos amigos y compañeros de historias enormes, llegara a las Consejería de Bienestar Social de la primera corporación gracias al empujoncito poco inocente que le dieron sus pupilos en Tías, los Pepe Juan, Pepe Reyes, Juan Félix y Juan Pedro de turno que querían desde ya el municipio sureño para ellos solos. Ahí, Lola estuvo menos viva, ¡como son las cosas!, y apenas pasó de trabajar en una de aquellas escuelas taller, que acababan siendo siempre nidos de amigos, allegados y otros, tanto en la parte del alumnado como de los gestores. No todos, que ya me veo a un amigo mío diciéndome que a él lo pusieron porque era lo mejor de lo mejor, pero casi.

Los dos tienen más ambición que vergüenza. Mucha más. Y también los dos están dispuestos a estar ahí hasta que el cuerpo, los afiliados y los cargos públicos aguanten. Más que gente de partido, son personas que les encanta tener un partido, un instrumento donde lucirse, un instrumento para transformar su situación personal. ¿Y transformar la sociedad? ¡También! Pero sólo si no afecta, perjudica o desacredita el primer objetivo que es "Yo y si queda algo es para mí".

Ahora es más evidente en Lola, que colecciona cargos como si fueran chapitas de esas que se ponen imantadas en las puertas de la nevera. Secretaria general, alcaldesa, parlamentaria, portavoz del grupo parlamentaria y presidenta de no sé cuántas comisiones, miembro (a) de la Ejecutiva regional, del Comité Federal y de qué sé yo de cuantos órganos y organillos internos. Pero Marcos, cuando ha tenido oportunidades, tampoco se ha quedado a la zaga, ni recordaba la cancioncita triste de la Casa del Pueblo "de una persona, un cargo" o dedicación al 100% a un sólo cargo "y si te dedicas al 100% a un cargo ya no te queda porcentaje para ningún otro" que repite ahora como si él no fuera el mismo que fue secretario de la Agrupación local de Tinajo, concejal, alcalde de Tinajo y, más tarde, concejal y senador a la vez, y más tarde, siendo senador, dimitió alguien en la lista al parlamento de Canarias, y lejos de renunciar para que fuera el siguiente, se quedó allí también unos meses.

La verdad por delante, el afiliado debe saber y después decidir. Y estos dos, Marcos y Lola, dedican más tiempo a mirarse al espejo que a detectar las necesidades de sus convecinos, a los que saludan después con la risita ensayada ante el cristal y las maneras aprendidas en la Jaime Vera. Los dos, además, en algún momento, han puesto su confianza en Carlos Espino, el L'enfant terrible del PSOE de estas tierras. Marcos, en ese sentido, le desea a María Dolores que tenga la misma suerte que tuvo él cuando depositó su confianza electoral en Espino para enfrentarse a Pepe Juan Cruz para ser candidato al Cabildo. En aquella ocasión perdió y Pepe Juan ganó. El se alejó de Espino, que quiere hacer y deshacer a su gusto en el partido como cuando era secretario general, y misteriosamente (no hay tanto misterio, no da para más) Pepe Juan cayó irremediablemente en sus brazos para blandir sus armas juntas en provecho de la mártir y señora del San Bartolomé que abandona a "toda leche" para atender sus íntimas ambiciones. Eso es así.

Y de algo de eso se hablará en el debate. Con menos crudeza y detalles, pero con más pasión (de gavilanes o quíqueres) y fervor demagógico. Lola le recordará una y mil veces a Marcos que él estaba en su Ejecutiva, de secretario de Política Institucional,  y nada dijo entonces, así que se deje de nuevo modelo de partido y machangadas varias. En cambio, Marcos contraatacará con que él tiene todo el tiempo del mundo para compatibilizar su cargo de parlamentario a secas con la modernización y potenciación del partido, de las agrupaciones y de los afiliados con un encuentro más personal, más frecuente, con más asambleas y más participación de los afiliados.

Dolores pondrá el acento en un PSOE fuerte, con Lanzarote con poder regional, y enfrentado a Pedro San Ginés, la diana de todos los dardos envenenados, hablará de los derechos de los marginados y de los gays, parroquia esta última que ella controla en su partido, y reivindicará su ambición multicargo como un derecho de la mujer. Quien la critique es un cerdo machista. Quien la alabe, no será machista, lo de cerdo ya se estudiará en otro momento.

La ventaja que tiene Dolores frente a Marcos es su dilatado músculo institucional, con el control de la presencia socialista en los Ayuntamientos de Arrecife y San Bartolomé y del Cabildo, que aunque no se gobierne siempre hay cosas que repartir en ese pesebre que se han hecho los políticos a su gusto y semejanza. Eso ya le ha dado más de cien avales más que a Marcos. Y, también, todo sea dicho, tiene carácter, buena presencia, don de palabra ( tanta como para decir una cosa aquí y la contraria allí, o para hacer una cosa y decir lo contrario sin perder la sonrisa). Si no estuviera tan acelerada, sería todavía mucho mejor.

La ventaja de Marcos, por su parte, con su tono más pausado, es que representa el cambio, juega el papel del que se enfrenta al poder constituido. El tiene la ventaja de vender un programa, mientras que su contrincante tiene la obligación de defender una gestión de más de cinco años, demasiado tiempo para hacer creíble que ahora sí vas a hacer lo que no has hecho ya ni de asomo. Marcos, además, captará, por todo ello, votos incluso de afiliados que ni lo pueden ver y que conocen muy bien el andar de la perrita del tinajero. Pero les puede más su enfrentamiento con Loly y su cohorte de aduladores.

Marcos representa a los críticos porque él es capaz de representar cualquier cosa por tal de estar en el candelero (¿O era candelabro, Mazagatos?). El sería capaz de enfrentarse así mismo, ir de un estrado al otro, y defender brillantemente, en ambos, lo mejor de cada bandería sin despeinarse. Y, encima, al final, celebrar su victoria, igualmente emocionado, sin caer en la cuenta de que es, al mismo tiempo, el único perdedor. Es un optimista de libro. Y un cuentista, con o sin flauta. Y seguirá siéndolo. Pero si es candidato de los críticos, es porque ningún otro, con mejor perfil para esta batalla de regeneración del partido, se atrevió a dar un paso al frente. Así pasó en las elecciones de 2003, cuando todos daban por hecho que el senador por Lanzarote sería otra vez para el PIL de Dimas, y su protegido Juan Pedro Hernández, y por todas aquellas cosas que pasaron en Madrid con un terrible atentado, el tsunami socialista llegó a Lanzarote y Marcos al Senado. ¿Se repetirá eso ahora? No lo sé, pero Marcos ya está en la línea de salida. Y hay que reconocer que se ha entregado a fondo. Y ya ha rentabilizado la campaña de Primarias para dar una buena imagen de sí y colocarse al lado del futuro del partido.

¿Quién ganara el debate? Eso es lo de menos. Estas Primarias ya han escenificado la enorme división interna del PSOE, que roza la fractura casi al 50%, y acaba con la visión caudillista de un PSOE rendido a María Dolores y sus asesores, los "ideólogos" Carlos Espino y Enrique Pérez Parrilla y los "compromete voluntades, avales y votos" de Andrés Stinga y José Juan Cruz.

El único resultado válido es el de la jornada del domingo, día 22 de octubre. Pero ya podemos decir, que al margen de que gane uno u otro, ya nada será igual a partir del 9º Congreso Insular del PSOE de Lanzarote, que se celebrará en Arrecife los días 11 y 12 de noviembre. Allí se tendrá que crear una Ejecutiva nueva y un Comité Insular. Ambos órganos, gane quien gane, serán muy distinto a lo que conocemos. Eso es así.

 Y ahora al debate, chicos.