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Unos queman, todos pagamos

Un día sí y otro también, el sonido característico de entrada de mensaje en el whatsapp me lleva al grupo de Emergencias de Lanzarote para comprobar que, en esos mismos momentos, han sido alertados para sofocar un fuego. La mayoría de las veces, casi todas, tienen que ver con quema indiscriminada y vándala de contenedores de basura o coches. Todos los días, raro es el día que no, y, en ocasiones, hasta dos y tres veces el mismo día. Se dan mayoritariamente en Arrecife, pero no solo en la capital. Las zonas turísticas, Playa Honda, y alguna cabecera de municipio también sufre la visita desvergonzada de gamberros que actúan a sus anchas. Todos los días de Dios. ¡Y la Virgen! Y nadie hace nada.

¿Cuánto cuesta al erario público estas actuaciones? ¿Cuánto cuesta, por extensión a los ciudadanos? ¿Por qué tenemos que vivir con el miedo en el cuerpo de que cualquier día le prendan fuego al contenedor, palmera o coche que está al lado de nuestras casas y el incendio se propague hasta nuestros inmuebles a altas horas de la noche o bajas de la madrugada? ¿Realmente no se puede hacer nada para que no les salga gratis a estos gamberros su comportamiento incívico, gravoso y peligroso para la sociedad? ¿Seguro que no? ¿Se debe a un virus que atolondra a nuestros jóvenes más desvergonzados o son sólo unos pocos, y no necesariamente tan jóvenes, que ven diversión allí donde los demás no vemos sino intimidación y despilfarro?

Sí se puede hacer mucho más. O por lo menos a esa conclusión llego yo cuando veo lo que pasa en otros lugares. Sin ir más lejos, esta semana, agentes de la Policía Nacional han detenido en Telde, Gran Canaria, a un hombre de 50 años de edad, con antecedentes policiales, como presunto autor de un delito de daños. Al arrestado se le considera presunto responsable del incendio de 11 de contenedores de residuos y los daños ocasionados a un vehículo durante el último mes. Gracias a la colaboración de un ciudadano que vio al arrestado prendiendo fuego a un sillón que estaba junto a un contenedor que ardió y causó daños a un vehículo estacionado junto a él, facilitó los datos a los agentes que propiciaron su detención. Todos los contenedores quemados en el último mes se encontraban en un radio de 500 metros de su domicilio.

 En Telde, al igual que en Lanzarote, los coches y contendores son pasto de las llamas. Pero en Telde, y no en Lanzarote, ya han detenido a alguien. Y no era un niño, ni un joven. Era un delincuente, qué otra cosa puede ser quien hace estas cosas, de 50 añazos. 1,2,3,4,5,6,7,8 ... hasta 50 y no se ha dado cuenta, el jodido pirómano, de que los contenedores son de todos. También de él. Aunque no sólo de él, por lo que hay que abstenerse de hacer con ellos lo que le sale de donde quiera que le salga. Que no están ahí para adelantar las fallas a capricho del delincuente sino para recoger basuras varias. Vidrio, plástico y residuos orgánicos. Sólo esa basura. El resto se echa en los Puntos Limpios o acaba en la cárcel durante un tiempo para su reciclaje social.

No se puede aceptar como normal que todos los días se quemen en los espacios públicos el mobiliario urbano o los vehículos privados aparcados en la vía pública, o las palmeras, que son parte de nuestra flora protegida. No se puede, que no, que no se puede. Y lo que no se puede, no se puede. Y hay que poner los medios necesarios para evitarlo y para reciclar con decisión a estos personajes que pintan la realidad a fuerza de chispas de mechero o fósforos. No se puede estar todos los años gastando miles de euros en una reposición de contenedores quemados. Y tampoco se puede tener permanentemente en activo a los Bomberos de la isla por no atajar el problema. 

Los contenedores, los bomberos, los vehículos de los bomberos, el combustible de los vehículos de los bomberos, el estado anímico de los bomberos que tienen que gastar combustible al usar sus vehículos y miles de litros de agua y otros productos para sofocar la gracieta del pirómano del contenedor que se divierte haciendo trabajar a unos y asustando a otros. No se puede, no se puede, que no se puede. Y todo eso acaba saliendo del bolsillo de los ciudadanos. Más perras para contenedores, más perras para combustible, agua, vehículos y recursos humanos de los Bomberos. Y lo peor de todo, más perras para seguir pagando políticos, incluida la subida del IPC y comisiones y dietas varias, que miran para otro lado. Y simplemente se inventan otra partida para cargar gastos de reposición de mobiliario urbano, incluido contenedores quemados por los desinquietos del fósforo o el mechero.

¿Y los aprendices de pirómanos? ¿Dónde están? Esos ya se han pirado. Pero no te preocupes, hoy volverán a dar señales de humo, al más puro estilo indio, que volverán a enojar a todos los ciudadanos y especialmente a los vecinos afectados. No, a todos no, los políticos no se dan por aludidos. Ellos ya han abierto una partida para que la reposición vaya a cargo de los ciudadanos en el próximo presupuesto. Así son las cosas y por eso no sorprende que la gente esté ardiendo, mientras otros quemas a sus anchas, gratis total.   

Comentarios

#1 Fernando 04-11-2017 10:48
De acuerdo con el respeto y responsabilidad...por favor me gustaría saber cuantos de esos quemaCosas han pagado...aunque fueran en horas de trabajo para la comunidad

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