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Pocos líderes y muchas listas

Gladys Acuña, candidata a la Presidencia del Cabildo de Lanzarote ( pendiente).

Eso es lo que hay (Elecciones locales) (V)

Me he dedicado a mirar el listado de las organizaciones políticas que concurren en esta isla a elecciones locales. Hay casi una veintena. Las hay que concurren a todos lados, a los siete ayuntamientos, Cabildo y Parlamento de Canarias. Obviamente no todos tienen las mismas opciones para entrar en las administraciones pero entran a la fiesta electoral como protagonistas, aunque algunos sean invitados de piedra que llegan al lugar con una absoluta desinformación y animados por sus propios egos, que no emiten las correspondientes señales de alarma cuando se acercan equivocadamente al precipicio.

No sé cómo pasará esta gente el día después, cuando descubren que de un electorado de más de 95.000 personas ellos no pasan de los quinientos votos. Es verdad que los que se presentan en los municipios menos poblados, con menos de esa cantidad de votos, se cuelan en el salón de pleno con silla en la mesa municipal. Pero si eso me sorprende, el elevado número de partidos y cosas parecidas electorales, más me inquieta el muy poco liderazgo que hay. Pienso que una cosa tendrá que ver con la otra y la inversa.

 Líderes insulares, de figura incuestionable, como tal, apenas los hay. O directamente no los hay. Lo que sí hay después son las máximas espadas de cada organización y la relación que mantienen con sus militantes, más que sus votantes o afiliados. En este sentido, tampoco gran cosa. De hecho, los que llamamos líderes casi todos los días, apenas lo son.

En el caso del PSOE, por ejemplo, nadie duda del control de la organización que tiene Dolores Corujo en Lanzarote. Pero tampoco nadie duda de que el partido no ha dejado de perder militantes y de tener batallas internas fratricidas desde que ocupa el puesto. En el caso de Arrecife, sin ir más lejos, se le ve más como una jefa, dispuesta a usar su autoridad en contra de su propia gente, con amenazas permanentes de cesar a las ejecutivas locales y sus secretarios generales y poner una gestora, que como una líder que convence y arenga a su gente. Aun así, Loli Corujo, por la propia fuerza de la marca socialista, de la historia en la isla del partido, y su facilidad discursiva, que bordea la realidad para quedarse en el mensaje utópico de una izquierda que ni conoce, ni aspira a ejecutar más allá de su uso retórico en sus encendidos discursos. Las convocatorias a la militancia para los actos de campaña, son otro ejemplo de la fuerza motivadora. Apenas van los que aspiran a cargo y familiares más cercanos. No parece precisamente un ejemplo de liderazgo. Otra cosa es la fuerza electoral que pueda tener.

El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, factótum de CC, es otro de los políticos destacados en este Lanzarote de hoy. Con diez años de Presidencia de Cabildo, ha conseguido tener cierto predicamento insular,  más allá de CC, en el que es el rey del mambo, por su carácter imperativo y por su generosidad a la hora de repartir cargos y dar la baraja. Pero tampoco es un líder. Su temperamento le lleva a ser más un jefe que un líder. Una persona con autoridad para mandar, que con empatía y sapiencia para convencer y agradar. Tampoco es un líder, aunque, cuidado, al igual que Dolores Corujo, tienen su predicamento, y control, sobre las huestes de sus organizaciones.

 La diferencia entre ambos, es que Dolores pone el énfasis en caer simpática, no siempre lo consigue, y Pedro San Ginés en lo contrario, aunque tampoco lo consigue  siempre. También se considera que por formación, San Ginés (Empresariales) es más gestor que Dolores (Psicología). Y los dos enfrentan, más que confrontan, sus versiones políticas. Ahora, en plena campaña, mucho más,  ya que ambos pelean por el mismo sillón, el mismo que Pedro lleva ocupando ininterrumpidamente desde hace década.

Salvados estos dos, en el resto de las organizaciones apenas hay liderazgo insular. En unas porque son de ámbito municipal o sectorial y otras porque no brillan al nivel que se les esperaba.

La presidente del PP insular, Astrid Pérez, de largo recorrido político ya, de verbo fácil y mujer activa donde las haya, ha visto pasar el tiempo sin alcanzar sus propias expectativas. Cuando no es el petróleo, es el movimiento hacia la extrema derecha de Casado, o las cuentas en paraísos fiscales de Soria. Acontecimientos negativos que se convierten en baldosas de su reinado tranquilo (hasta el momento) en el PP insular. Apostó por ser alcaldesa de Arrecife y enfrascada en esa batalla está. Arrecife está pidiendo a gritos un político líder. Alguien que sea capaz de tirar por la ciudad, de ilusionar a sus gentes y despertar una conciencia colectiva para buscar ese salto de progreso que se pide. ¿Es Astrid esa persona? ¡A saber!

Pero está claro que si no es ella, no es nadie más. Las candidaturas ya están cerradas y lo que hay en Arrecife es lo que hay. Quizás Leti Padilla, por la izquierda, que es mujer de agallas dispuesta a saltarse trincheras para encontrar la paz, podría construir algo también. Es verdad que Podemos necesita un muy fuerte empuje para salir de los dos concejales que tiene ahora y ponerse con cuatro o cinco. Pero Leti, con su acento afrancesado y su hábito de lucha social, tiene perfil de líder que se podría pulir.

En partidos como Contigo, Ahora, Fuerza Vecinal, HPET, Levantar Haría, Movimiento Renovador de Tinajo y similares no me voy a parar por razones obvias.  Bastante tienen con buscar asiento en la administración a la que concurren como para que les ponga yo más deberes. En el caso de la PMH, me podría extender un poco, por la figura y trayectoria de Pepe Torres, pero tampoco está él, y menos yo, para vueltas a tarimas insulares. Él quiere volver al Ayuntamiento, pues allí lo dejamos. Tampoco me voy a entretener con Ciudadanos, que cambió todo el plantel, y apenas son conocidos ahora. Casi lo mismo le pasa a Lanzarote en Pie Sí Podemos. Nona Perera puede ser, o es, una buena candidata pero no se le ve, por el momento como una leona, perdón, lidereza.

Nos quedan sueltos dos personajes que tienen experiencia en la política insular y que van encabezando proyectos nuevos, buscando los dos instalarse en el insularismo, abandonado a la mano de Dios desde que el PIL se descubrió como una banda para delinquir en las administraciones. Ambos estuvieron allí, en sus filas. Les escribo de Gladys Acuña Machín, de UPY,  de Lanzarote Avanza, y de Manuel Cabrera Cabrera, todavía consejero por el PIL, aunque expulsado, y candidato por el nuevo y minoritario partido UPL, Manuel Cabrera Cabrera.  Aunque se decían amigos, la lucha encarnizada que lleva Cabrera por encontrar la manera de conseguir el imposible de ser consejero desde una plataforma que no es tal les ha enemistado. Cabrera, que es conocido principalmente por ser hijo del que fuera conocido como Pollo de Tías, que lleva su mismo nombre, en cuyos negocios trabaja, impone su carácter caprichoso en sus relaciones políticas. Se define como político sin ideología (dice que acude a las elecciones con UPL porque es un partido joven y no tiene todavía mucha ideología) que quiere resolver los problemas de la isla, aunque su comportamiento a veces niega sus palabras. Hay quien dice que lo que quiere, como los niños mimosos, es hacer lo que le da la gana, sin jefes, sin partido y sin nada. Exactamente la situación que se garantiza con UPL. El principal problema que tiene es que sin partido, sin jefe, él sólo no tiene tirón para conseguir los votos necesarios para ser consejero.  Su vozarrón, en línea con la carrocería que se gasta, y su forma amena de hablar son sus fortalezas. ¿Debilidades? Creo que ya las dije, aunque no sé si añadir  que es demasiado rencoroso e individualista para instalarse con éxito en el sector público. Pero no, no pongo eso.

En cambio, Gladys tiene como principal hándicap su situación judicial. Una sentencia no firme amenaza con dejarla fuera de todas las administraciones y pende del Contencioso administrativo, cuyo resultado se conocerá hoy, o el recurso de amparo al Constitucional, que se tendría que evacuar antes del próximo viernes, que se inicia la campaña electoral. Sabe que se juega el estar en este proceso y el ser en el fallo del Tribunal  Supremo, este mes, del recurso de casación de la sentencia del TSJC que la inhabilita. Así están las cosas, para no engañar ni engañarnos. Pero su perfil es otra cosa.

Gladys Acuña Machín es una abogada llena de coraje y empatía que no tiene miedo escénico. Más bien, le tiene miedo a estar fuera de la escena. Con 44 años, despacho propio, y proveniente de dos familias, los Acuña, de Arrecife, y los Machín, de Uga, las dos lejos de calificarse de pobres, lleva en la política quince años. Y lejos de quemarse ha ido escalando puestos desde la abogada graciosa que bromeaba en la radio con Agustín Acosta, en sus inicios de concejala en Yaiza, a poner en marcha una alianza electoral, Lanzarote Avanza, con candidaturas a todos los ayuntamientos y al Cabildo, con lo queda del PIL dentro, y que tiene como principal atractivo su propia figura.

A pesar de su situación, que lo mismo desaparece de la esfera política que da el salto a convertirse en árbitro de la política insular, sus actos políticos son los más numerosos, con cientos de personas que no sólo van a oírla, sino que la aplauden entusiasmadas a raudales. La esperan al final, la besan, y lloran con ella su desdicha. Todos tienen algo que agradecerle, y acaban diciéndole Gladys, que buena eres. Tú no te mereces esto”. Y ella se ríe, con su voz fuerte, con su ánimo controvertido, amarrado por lo que pueda venir pero también suelto y libre porque está en el espacio en el que ella reina. En el escenario pocos políticos se expresan como ella. En el trato corto, en el tú a tú con la gente, ninguno. Es una líder. Tiene madera de líder, innegablemente. Además, está formada, le gusta y se lo trabaja y es perseverante. Precisamente tiene todo lo que le falta a Manuel Cabrera. Nada más que eso.

Comentarios

#1 Olguita 09-05-2019 17:49
Don Manuel, qué bien escribe usted!! Comparto su opinión.

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