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Amigas para siempre

Eso es lo que hay (Elecciones locales) (XXXI)

El salón de actos del Archivo Municipal de Arrecife estaba lleno hasta la bandera. Más que una rueda de prensa a deshora, a las cinco y media de la tarde, parecía la celebración de la toma de la Bastilla, aunque acto de tanta trascendencia en Francia no se lo hubiese perdido Leti Padilla, que se quedará en la oposición, a mi pesar,  con la compañía de dos sus concejales y toda la tropa (9) del nacionalista de Echedey Eugenio.

Había mucha prensa, pero eran ampliamente superada por las madres,  hermanos, primos y demás familia, incluida la política, de los concejales que se verán beneficiados con el acuerdo de Populares y Socialistas. Una vez más, el agua y el aceite, en política, maridan de maravilla.

En Arrecife ya intentaron los socialistas hacer alcaldesa a una popular, en 1995, a una jovencita, por aquel entonces, Loly Luzardo ( Astrid y ella están condenadas a coincidir, no a entenderse). En aquella ocasión, otro Espino, José María, después de doce años de alcalde y para evitar que lo fuera el candidato del PIL por primera vez, Cándido Armas, decidió votar a la candidata del PP, que apenas tenía tres concejales, y renunciar a su candidatura, que tenía ocho concejales, a tres de la mayoría absoluta. No lo hacía por generosidad, ni porque se hubiera vuelto de derechas tras el golpe electoral. No. Lo hizo porque el PP no podía apoyarle a él porque tenía un concejal que ya había negociado por su cuenta, y previo acuerdo económico, según se demostró después en sede judicial, favorecer la elección del candidato de Dimas Martín. El susodicho concejal, Hernández de apellido, decía que ni por equivocación votaría al PSOE y mucho menos a Espino, José María.

Para desvelar la jugada del Hernández en cuestión, se decidió cambiar el candidato del PSOE por la del PP, en el acuerdo entre socialistas y populares. Y, entonces, quedó evidenciada la jugada. No votó a su candidata, ni al del PIL. Se abstuvo a sabiendas de que quedando empate la votación, sería alcalde el de la lista más votada, la del PIL, con nueve concejales de veintiuno, frente a la del PSOE, que se quedó en ocho. El voto del concejal de CC, de Augusto Lorenzo, iba a la lista del PIL. El diez a diez, se veía como una solución al entuerto sin evidenciar la compra del concejal popular. Pero la jugada que impidió que saliera elegida la primera mujer alcaldesa de Arrecife, del PP con el apoyo del PSOE, fue duramente castigada en los juzgados con sentencia demoledora para el presidente del PIL y el señor Hernández, árbitro de esta situación.

Más tarde, 16 años después, en 2011, sí consiguió el PSOE hacer alcalde de Arrecife a un popular con sus votos, a Cándido Reguera, aunque duró poco. Pero habrá que esperar al sábado, 15 de junio, para ver cómo el PSOE de otro Espino, Carlos, hace alcaldesa a una popular, la presidenta insular del PP, a Astrid Pérez, 24 años después de que se intentara por primera vez, la quinta mujer que lo consigue.

 Así que no es nada nuevo que el PSOE vote al PP en el pleno de constitución de la corporación municipal. Por mucho que se rajen las vestiduras unos y otros. Por muy contra natura que sea. Siempre que los han considerado necesario, y los números daban, lo han hecho y lo volverán a hacer.

En el salón de pleno del Archivo Municipal no había rabia contenida, ni desazón, ni malas caras, ni nadie estaba ronchado ni a punto de un ataque de nervios. Más bien, todo lo contrario. Por detrás de la línea de los periodistas, y de la decena de cámaras y micrófonos, se felicitaban azules y rojos, vestidos de gala, adelantando el acto del próximo sábado. Felicitaciones, aplausos compartidos, la algarabía propia de una fiesta donde se espera que el champán y el convite corran a cargo del otro. Si estos son los dos partidos antagónicos, y sus hooligans los que seguían de cerca las declaraciones de sus líderes, no entiendo nada.

Hoy, en cambio, a las 10:00 horas, en su sede, CC dará su versión de este pacto. Recuerden que CC y PP son los amigos, los del pacto natural, el centro derecha. Seguro que no habrá este ambiente festivo, ni estas palabras de consenso, ni hablarán de la gobernabilidad ni la estabilidad. Saldrán a morder a Astrid, a recordarle que ha pactado con el que ella metió en los juzgados por presunta corrupción en los CACT, el mismo que denunció al que hoy es su marido, tema por el que se reconoció culpable, con el mismísimo Carlos Espino, el enfant terrible del politiqueo local. Se les olvidará, seguro, a los hombres y mujeres de CC entonar el “mea culpa”. Se les olvidará explicar cómo es posible que desde las antípodas políticas venga alguien y le arrebate a la socia preferente del tercero. No entrarán en la autocrítica que lleva dejar escapar tu única tabla de salvación por estar regateando, hasta que ya fue imposible, la dignidad del otro. ¿Lo querías todo? ¡Pues te has quedado sin nada! Parece lógico reconocer que en algo se habrá fallado. ¿Si toda la culpa es del otro, si quien decide es el otro, qué mérito tenemos entonces en la negociación? No contesten ahora, háganlo después de razonar.

Comentarios

#1 Rayco 11-06-2019 20:20
Lo de Astrid es reírse de los ciudadanos pero todo se paga.... Le dan poder a un partido que los ciudadanos no quisieron como es a somos Borja enchufado u Paula enchufada vaya golfada

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