Debe ser el premio que merecemos los usuarios por pagar tarifas abusivas durante fechas tan señaladas y de altísima demanda para el transporte aéreo de pasajeros como Semana Santa o la temporada de fin de año, donde hay que hacer un auténtico sacrificio económico para visitar familiares, asistir a citas o pruebas médicas, que las enfermedades no se van de vacaciones, disfrutar de unos días de asueto o en el caso de los jóvenes estudiantes que pueden permitirse una escapadita para pasar navidades al lado de los suyos aprovechando el parón de Navidad y Reyes, por no hablar de viajes a Sudamérica, que para temporada alta tienen precios prohibitivos, pero aún así, los viajeros realizan enormes esfuerzos que deberían traducirse en mejores servicios.