ALEXIS ESTARÍA MÁS QUE CONTENTO

El grupo de gobierno del Ayuntamiento de San Bartolomé es digno de alabanza. Sus concejales, todos ellos socialistas, se pusieron el mono de trabajo al día siguiente de llegar a la corporación, y no han parado. Bajo la batuta del tristemente fallecido alcalde Alexis Tejera, que estaba llamado a convertirse en un político de referencia en la isla, los ediles socialistas se entusiasmaron tanto con la gestión municipal, que es raro el día que no anuncian obra o servicio nuevos en su coqueto municipio. Lo mismo te anuncian la inauguración de un merendero que la reformas de canchas deportivas o asfaltados en cualquiera de las calles de los pueblos. Ayer mismo, le metían mano a la modernización de los parques infantiles.

Bajo el mando ahora de Isidro Pérez, el amigo que Alexis quiso tener a su lado en la gestión municipal y al que animó para que diera un paso al frente ante su irremediable ausencia, los concejales rastrean desde buena mañana todos los rincones del municipio buscando defectos para dar soluciones. Hacía tiempo que no se veía un equipo de gobierno tan unido y tan decidido a afrontar los problemas, evitando polémicas baldías y especulaciones varias. Nos recuerda al primer gobierno que tuvo Pepe Juan en Tías, en el mandato 1995-1999, que con solo 7 de 13 concejales, le dieron un lavado de cara al municipio increíble. Tanto que en las siguientes elecciones, que el Ayuntamiento pasó de 13 a 17 concejales, los socialistas de Tías se quedaron con 13 para ellos, con el 72%  de los votos emitidos. Hay quien dice que de esos cuatro años estuvo viviendo Pepe Juan los doce siguientes más que se mantuvo en la Alcaldía, aunque ya con menos ganas y empuje. Este dato lo tendrían que tener en cuenta los socialistas de San Bartolomé. Por una parte, cuidado que el resultado electoral puede ser de libro guinnes. Y, por otra, cuidado también con echarse a dormir en las siguientes porque el batacazo siempre está disponible en unas elecciones. Por el momento, no cabe sino felicitarles por esa entrega y ese cariño que le dedican a sus vecinos y sus necesidades. Y siempre mirando al cielo, que de biennacido es ser agradecido.