PUBLICIDAD

DOBLEMENTE DE ACUERDO CON USTED, SEÑORA PRESIDENTA

El Cabildo de Lanzarote, que preside María Dolores Corujo (PSOE), exige sus competencias para “controlar” la actividad acuícola en la Isla. Corujo afirma que  "igual que nos defendimos cuando quisieron privatizarnos el viento, no vamos a permitir que nos expropien el mar". Y nos gusta ese planteamiento.

Corujo mantuvo el pasado lunes una reunión informativa con representantes de los ayuntamientos de Arrecife, Yaiza, Tías y San Bartolomé, así como con los miembros de cofradías de pescadores, de la Cámara de Comercio y de la Federación Turística de Lanzarote y la asistencia del consejero de Medio Ambiente, Nicolás Saavedra. En dicha reunión, la presidenta reafirmó la oposición de la primera institución insular a la autorización de nuevas instalaciones de acuicultura frente a las costas de la isla, tras la publicación en el Boletín Oficial de Canarias de una autorización de la Dirección General de Pesca del gobierno autonómico en la conocida como Zona de Interés Acuícola Lanzarote 2 (ZIA LZ 2).

La posición de la presidenta, en este caso, está llena de sentido común. Parece lógico que sea el Cabildo de Lanzarote el que lidere la política acuícola en la isla como otras tantas cosas. Nadie sabe mejor que nosotros dónde tienen que estar y dónde queremos que estén. Además, acierta totalmente la presidenta al recurrir que se pongan pegadas a la zona turística de Puerto del Carmen, con un impacto negativo en todos los sentidos.

Está claro que Lanzarote no puede vivir al margen de una de las soluciones planteadas para tratar la demanda de pescado por la población. La acuicultura es un aporte positivo para el sostenimiento de la población mundial y para las economías locales. Está clarísimo. Pero también está claro que tiene que hacerse en plena integración en un modelo económico sostenible, respetuosa con la realidad física y económica del lugar. Y los planteamientos que vienen del Gobierno de Canarias no lo son. Por eso, nos ponemos al lado de la presidenta para exigir esas competencias para el Cabildo y para rechazar que se pongan encima casi de las hamacas de los turistas. Son dos decisiones acertadas y hay que respaldarlas. Eso sí, si se consiguen las competencias no pueden ir a parar la gaveta de los sueños justos sino a la oficina técnica para que se elabore un mapa donde quepa la acuicultura en sintonía con la conservación del medio y el respeto al modelo económico. En definitiva, adelante presidenta. Esa es la senda.

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar