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EN LUGAR DE RESTAURARLA, SE CONVOCA A CIENTOS DE PERSONAS PARA CELEBRAR UN ACTO

La Plaza de Las Palmas, delante de la Iglesia de San Ginés, lleva años esperando que el Cabildo y el Ayuntamiento se pongan de acuerdo para ejecutar un proyecto para restaurarla y garantizar su conservación. No ha habido manera, a pesar de la aparente sencillez del problema. Lejos de acelerar los contactos y ejecutar la necesaria rehabilitación de la plaza, donde se pretende resolver primordialmente la problemática de las jardineras, así como la reordenación de los accesos, el Cabildo tiene la “genial idea” de celebrar en esa plaza el próximo lunes el acto del Día del Turismo, donde se entregarán los premios de distinguidos y premios de Turismo Lanzarote. En lugar de arreglarla, deciden celebrar un acto con cientos de personas, previamente invitados, incluido piano de cola, para someter al espacio a unA carga nada recomendable en su actual situación.

En lugar de coger al Área de Patrimonio Histórico del Cabildo, que realizó allá cuando una propuesta de conservación para mantener la idea lo más próxima a su origen, y ponerlo del todo de acuerdo con Arrecife y empezar a ejecutar las obras, se decide que lo mejor para la Plaza es relingarle este acto como una muestra de cercanía popular en contraposición con el “elitismo” del PSOE que lo organizaba en Los Jameos del Agua.

Da un tanto de risa y vergüenza ajena ver al “bien pagado” de Héctor Fernández, gerente de la Sociedad de Promoción Exterior de Lanzarote, decir cosas  como que “La decisión del presidente de celebrar el Día Mundial del Turismo en la Plaza de Las Palmas pretende visibilizar espacios que han jugado un papel secundario” en Crónicas Radio, junto con otras lindezas parecidas que tienen como colofón su propio reconocimiento de que ha sido todo un éxito poner a un profesional como él al frente de la SPEL. ¡Qué necesarias son las abuelas para este tipo de personajes!

En un guiño populista “made in Oswaldo” intentan vender que ellos hacen los actos con el pueblo, sacándolos del elitista Jameos del Agua y poniéndolos en el centro de la ciudad al alcance de todos. Cuando eso es una soberana mentira. Hasta el punto de que el propio Héctor, chico para todo en estos casos ( “¡y muy agradecido, señor!”) reconoce que no es un acto abierto a la participación espontánea de los arrecifeños sino que las 150 sillas que se pondrán serán para las personas invitadas previamente, para los premiados y sus familiares. O sea, que ente caso lo que hacen es convertir un espacio de común y libre acceso en uno restringido para uso exclusivo de los “distinguidos” con la invitación. Bazofia pura.

Si realmente se quiere celebrar el Día del Turismo con la gente que trabaja todo el año al servicio del turismo, en definitiva todos los lanzaroteños de una u otra manera, habría que ir a un acto abierto y popular donde se reencontraran la gente de Lanzarote y no un acto y cóctel para los de siempre. Tendría que hacerse en un lugar abierto, con capacidad para miles de personas y no en un espacio vulnerable, protegido, que está pendiente de la necesaria rehabilitación.

Pero este, como otros, no son sino simples “píldoras” del tipo de políticas que quiere instaurar el nuevo presidente: aparentar que está haciendo una cosa nueva, cuando realmente solo está haciendo lo mismo en un lugar diferente. Con la salvedad, incluso, que sea un reflejo claro de su poca sensibilidad con los espacios protegidos. Y atreverse a decir Héctor y compañía que el acto es una forma de reivindicar el espacio de la Plaza de Las Palmas se parecería mucho a que los ecologistas que están en contra de la caza como deporte cojan todos una escopeta y se vayan a matar perdices al monte. En fin, cada paso es una señal y cada señal es una invitación a la decepción.

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