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LE MULTA POR TENER EL COCHE DE LA EMPRESA ESTACIONADO EN LA ZONA RESERVADA PARA ELLO

El comerciante capitalino no salía de su asombro. Por primera vez en la historia del espacio que tiene reservado en la calle para aparcar, un policía local de Arrecife vino, sin que nadie le llamara,  y multó al vehículo que estaba allí. Habitualmente, cuando aparca en el mismo una persona que no es usuaria de su comercio, el empresario o sus empleados llaman una u otra vez para que la policía se acerque al lugar y, aun así, son muchas las veces en las que tardan horas o no vienen porque no tienen agentes suficientes para atender los múltiples servicios que se pueden dar en una ciudad como Arrecife.

O sea, que si les llamas, tardan en venir o no vienen. Y, en este caso, sin que nadie le llame, el policía aparece, se baja de su moto y multa al coche que figura a nombre de la misma empresa que es propietaria del coche y adjudicataria del aparcamiento reservado para esa misma empresa. No lo entiende nadie. Tampoco el empresario y sus empleados, que le piden explicaciones al agente. El uniformado lo justifica diciendo que allí solo pueden aparcar clientes del negocio. Y, claro, la primera pregunta que se hace cualquier mortal es cómo sabía que aquel coche no era de un cliente, si los policías no van comprobando la propiedad de los vehículos aparcados en los espacios reservados y que estén en ese momento en el negocio vinculado al mismo. Otra pregunta: si se actúa por solicitud de parte, o sea por denuncia del que tiene el derecho, por qué el policía, que era jefe de servicio ese día, deja todo lo demás y se enfila a multar a un coche que no molesta a nadie, que no entorpece la circulación y que además es del legítimo propietario del derecho de uso.

Sinceramente, la actitud de ese señor agente parece que va mucho más allá de un exceso de celo profesional. Podría interpretarse, lo que no significa que sea así, que habría podido actuar por algún tipo de interés ajeno a sus labores. Y, claro, que un funcionario tomara una decisión a sabiendas de que es injusta entra ya en un terreno que se escapa de la anécdota diaria para entrar en comportamientos más cercanos a la prevaricación. Pero interesa también saber cuál es la actitud de los jefes de la policía al tener conocimiento de los hechos y del propio juzgado, si finalmente el empresario se mantiene en su intención de no “claudicar” ante lo que se podría entender como un abuso.

 Aquí no damos crédito a estas cosas, nos sorprende mucho que un policía pagado con el dinero de los impuestos de los ciudadanos, se baje de su moto recién comprada con el dinero de los contribuyentes para multar un coche aparcado en un espacio restringido para cobrar impuestos que es propiedad de la persona que paga ese tributo para tener ese derecho. No nos entra en la cabeza.

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