PUBLICIDAD

Opinión

Letras en Teguise

 

 

Tanto apreciamos en Teguise a Leandro Perdomo Spínola, que se perdona el desliz del gobierno municipal dándolo por nacido en La Villa - nota de prensa mediante sobre la celebración de su centenario -, cuando todos sabemos que fue en Arrecife, exactamente un 21 de mayo de 1921.

 Lo que sí hizo en la antigua capital de la isla fue despedirse en 1993, después de años escribiendo desde su “Villa vieja”, que quizás de ahí la metedura de pata gubernamental. Un adiós, con más de siete décadas a sus espaldas y años de destacada carrera literaria, comenzada en Las Palmas, con paso por Bélgica y concluida en tierras teguiseñas, donde se le admira y recuerda como hijo adoptivo que es.

Una vez más Teguise y su suerte con las letras, pues pocos sitios pueden presumir de la huella que dejaron Perdomo y algunos de los más destacados escritores lanzaroteños. Que son palabras mayores poder relacionar a José Clavijo y Fajardo, José Betancort “Ángel Guerra”, las hermanas Spínola Ramírez y el mismísimo Leandro Perdomo con nuestro municipio, también el de ellos por nacimiento, obra o inspiración, que ya saben aquello de “no es mi tierra, pero es tierra mía” del Nobel Saramago.

Una fortuna que recuerdan bustos, calles, certámenes literarios y aniversarios, testigos de la contribución que han supuesto para el acervo cultural y la literatura canarias. Ello justifica cualquier reconocimiento, como el reciente anuncio del gobierno de Teguise sobre los futuros actos de homenaje al autor de libros como “Diez Cuentos” o “Lanzarote y yo”; responsable de personajes como Anacleto Rojas; y que regaló crónicas y artículos como “El camello nuestro”, presagio de la guelfa o camellita Bentejuina que le regalaron años después desde Yaiza; “Un  hombre, más que un pueblo”, homenaje a Manuel Caramba; o “Elogio de mi retrete antiguo de palo”, que despierta la curiosidad de cualquier lector sólo con el título.

Testimonios todos de la magnífica obra y el momento que le tocó vivir. Y no, no nació en La Villa, pero en Teguise transcurrió el último tramo de su existencia donde ideó algunos de sus mejores escritos, como nos recuerda brillantemente Fernando Gómez Aguilera en “Leandro Perdomo, Mi Teguise”, su Teguise. Tan de Teguise, que fragmentos de sus textos, junto con los de Guerra, Spínola, Clavijo y Fajardo... deberían acompañar algunas de las calles ilustres de nuestro municipio en una iniciativa para la divulgación y el conocimiento de tan insignes escritores. Ello permitiría al paseante, turista o residente, mayores y jóvenes encontrarse con botones de prosa y sello teguiseño.

Que si pasear por Teguise siempre inspira, más aún, descubrir joyas en el camino como ”la dicha es acá abajo forastera; mas la hallarás en todo repartida. Dios a todos la da más con medida” de Clavijo y Fajardo; o “muchas veces un hombre vale más que un pueblo entero, y que este hombre en la Villa de Teguise no es otro, no puede ser otro que Manuel Caramba”, del que hablara maravillas Leandro Perdomo.

“La idea amigos míos – o enemigos, es igual –, está lanzada”, como dijera el propio Perdomo al final de “Hijos Ilustres de Lanzarote”, toda una oda a Clavijo y Fajardo, Alfonso Spínola y José Betancort. Ojalá, se recoja el guante.

  • Escrito por Marcos Bergaz, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Teguise

El laberinto burocrático pone en riesgo la recuperación económica y social

Gestionar dinero público no es para nada sencillo. Dado que estamos hablando de los recursos aportados por la propia ciudadanía, recaudados con los impuestos de todos, es lógico que los controles a los que se ve sometido dicho gasto sean correlativos a su importancia.

  • Escrito por Jacobo Medina, vicepresidente del Cabildo de Lanzarote y consejero de Obras Públicas, Planificación y Proyectos

También me vacuno

 Me desperté esa mañana con la misma incertidumbre que cualquier ciudadano de Canarias, siguiendo las noticias en relación con el COVID-19 mientras me tomaba el primer café del día. Era un jueves 12 de marzo, un día que libraba de mi trabajo habitual y me dirigía a la Facultad de Enfermería en Tahiche para, como todos los años, colaborar exponiendo una charla de urgencias respiratorias a los alumnos de tercer curso, desconociendo todos los presentes el vuelco que tendríamos en nuestras vidas apenas 24 horas más tarde.

  • Escrito por Yoné Caraballo, Secretario Insular de Bienestar de Nueva Canarias-Lanzarote

El planeta no puede esperar

Ha llegado el 2021 con la misma frase que ya se repitió al inicio del 2020. La salud del planeta sigue empeorando. Los altos niveles de dióxido de carbono presentes en la atmósfera están encaminando a La Tierra y a los seres humanos a sufrir unas condiciones climatológicas extremas, con una importante subida del nivel del mar y de la temperatura media del planeta. Los confinamientos globales a causa de la pandemia lograron reducir un 17% las emisiones. Con ello, todos pudimos ver cielos más limpios en las grandes metrópolis y a los animales disfrutar de una libertad que nuestra actividad les había arrebatado.

  • Escrito por Tomás Fajardo, concejal de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Arrecife.

Faltarían dosis de Barrio Sésamo

 “Estamos pasando un momento crucial en que la Humanidad se enfrenta a la misma Humanidad. Estamos viviendo un momento histórico en que el hombre científica e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo”.

  • Escrito por Alex Salebe Rodríguez

Miramos al futuro

 

Comenzamos ya un nuevo año y lo hacemos con más fuerza que nunca. Atrás queda ya ese 2020 que jamás habríamos imaginado, un año que quedará para siempre asociado a palabras como “pandemia” o “confinamiento”. Mucho de lo que nos ha traído querríamos olvidar por su dureza. Sin embargo, tantas dificultades han servido para ponernos a prueba, para sacar lo mejor de nosotros mismos, de la ciudadanía de San Bartolomé.

  • Escrito por Alexis Tejera, alcalde de San Bartolomé

¿Pacto o carbón?

¿Plata o plomo?, ¿truco o trato?, ¿pacto o carbón? Tres interrogantes para decidir; tres, como los mosqueteros que entonaron el ¡uno para todos y todos para uno!; o tres, los Reyes Magos de Oriente, que ya es casualidad nacer el Día de Reyes y ser más felipista que juancarlista, del que cambió nuestro país chaqueta de pana mediante.

  • Escrito por Marcos Bergaz, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Teguise

Nuevo Pacto Verde como futuro inmediato

A nadie se le escapa que el reto de cualquier líder político de las diferentes Administraciones Locales en los próximos años será dirigir la revolución verde. Partiendo de la base de que creo profundamente que toda esa responsabilidad recae en la figura política, deduzco que hay otros factores determinantes tan importantes para que esa sea una realidad.

  • Escrito por Armando Santana, Secretario Insular del Nuevo Pacto Verde, Nueva Canarias-Lanzarote.

¿”Invasión  silenciosa”? ¿”Quinta columna”?

 "Invasión silenciosa" es la denominación que las fuerzas políticas de derecha han dado a la llegada, vamos a admitir que "masiva", de personas desde África hasta Canarias en pateras. Una llegada de emigrantes que se ha asumido como la más numerosa, junto con la ocurrida en el año 2006, en la historia de la emigración al Archipiélago.

  • Escrito por Lorenzo Lemaur Santana

Historias escritas que resisten en archivos digitales

La no ficción cada día nos enseña que es tremendamente increíble, basta con leer la prensa o ver lo justito de tele para abonarnos gratis a la renovación diaria de sorpresas. Hechos reales que ahora tenemos el provecho de captarlos en tiempo real y con la prerrogativa de recordarlos cuando queramos y a la hora que queramos gracias a la memoria digital; y al alcance de un clic.

La última semana de diciembre de 2020, casi 15 años clavados después de  haber publicado la crónica ‘Una aventura a lo Julio Verne’, fechada el viernes 30 de diciembre de 2005, murió en Lanzarote, a los 85 años de edad, el protagonista de la historia, Vicente Cabrera, trabajador entonces de los servicios de limpieza de calles del municipio de Yaiza, en el sur de la Isla de los Volcanes.

Son de esas historias que en el ejercicio del periodismo nunca se olvidan, primero,  porque parecen arrancadas de la fantasía y, segundo,  porque el personaje declara los hechos con tanta elocuencia y aportando sinnúmero de detalles sustanciosos, que  facilita la tarea de lograr un texto seductor y poco intervencionista. La clave es dar con el protagonista e identificar dónde está la historia, que lo demás es trabajo de “carpintería”, que mal acabado, también puede echarse a perder.

Cuando supe del fallecimiento de Vicente Cabrera,  localicé de inmediato esa crónica donde narro la historia del tormentoso viaje de este lanzaroteño, a los 18 años de edad, de la costa oeste africana a Colombia. Lo hizo en una embarcación de tres velas y nueve metros de eslora  con la que cuatro aventureros pretendían llegar a Estados Unidos; él sin saberlo y engañado por los tres marineros mayores acompañantes que le dijeron que iban a salir a pescar, aunque ya en mar abierto se enteró que la idea era alcanzar el sueño americano.

Pasaron por varios puertos del Caribe para llegar el 15 de noviembre de 1954, no a Estados Unidos, sino al Cabo de la Vela, en el norte de Colombia, en la península de La Guajira. Para no alargar más el cuento, Vicente, además de buscarse la vida trabajando, también encontró el amor en Sudamérica, el de una joven portuguesa, María Luisa, que terminó siendo su mujer, pero que increíblemente ya había conocido en Gran Canaria antes de zarpar a tierras lejanas. Ella era dependienta de una dulcería que Vicente frecuentaba en la ciudad de Las Palmas.

María Luisa acabó en Colombia porque nuestro personaje, por esas cosas del destino, trabajó con su hermano en una compañía pesquera italiana en el Cabo de la Vela, vio por casualidad una foto de la chica y a partir de allí empezó a fraguarse su unión.

Toda una historia fantástica imposible de olvidar. Vicente regresó 36 años después a establecerse nuevamente en Lanzarote ya con su mujer y cuatro hijos. 

En el buscador del portal digital Jable, que guarda más de siete millones de páginas de prensa y revistas de Canarias repartidas en 234.616 ejemplares, escribí la palabra ‘Guajira’ y en apenas treinta  segundos accedí a mi crónica publicada en la edición de papel del semanario La Voz, a página completa, con dos fotos, en un archivo pdf que se puede leer e imprimir.

Los archivos de prensa digitalizados son de  indiscutible utilidad para la memoria histórica de los pueblos y la educación, para rememorar y conocer acontecimientos trascendentes, y descubrir personajes anónimos que con su quehacer diario construyen la identidad de los pueblos, nada menos que su cultura.

Aplaudo el esfuerzo de la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que creó el proyecto Jable en 2008  “con el propósito de ofrecer a la comunidad universitaria en particular, y a la población canaria en general, acceso a un enorme corpus de prensa histórica y moderna, boletines, gacetas, revistas y otras publicaciones seriadas de información general o legal”. La historia hay que recordarla y conservarla a través de documentación escrita y audiovisual de incalculable valor patrimonial. La tecnología cada vez ofrece mayores posibilidades, pero aún faltan más iniciativas públicas y privadas de conservación y divulgación.

  • Escrito por Alex Salebe Rodríguez

No es este un año para celebraciones

No, no es este un año para celebraciones. La pandemia de la COVID-19 ha sido, y está siendo, muy dura con toda la sociedad. Y por supuesto, también con la cultura. Espacios culturales cerrados durante muchos meses, y aforos limitados en la actualidad, están castigando de manera importante al sector. Soy consciente de esta compleja situación por la que está pasando la cultura, tanto en nuestra isla como a nivel regional, nacional e internacional.

  • Escrito por Alberto Aguiar Lasso, consejero de Cultura del Cabildo de Lanzarote.