Canarias ha experimentado importantes transformaciones demográficas en las últimas seis décadas. El cambio de modelo económico -pasando de un predominio del sector primario a la primacía del sector turístico- rompió con un pasado de pueblo obligado cíclicamente a la emigración y comenzamos a ser receptores de personas que veían a nuestra tierra como un lugar donde encontrar empleo y desarrollar con dignidad sus vidas. Esto se ha consolidado en lo que va de siglo XXI, en el que nuestra población ha crecido en más de 560.000 habitantes, aumentando, por tanto, el doble de la media española y casi seis veces el incremento de la población en Euskadi, pese a que las Islas tienen cada vez unas menores tasas de natalidad. El crecimiento se produce, fundamentalmente, por la inmigración de hombres y mujeres procedentes del resto del Estado español y la Unión Europea, así como de América Latina y, en mucho menor medida, de la cercana África. Una circunstancia, el importante crecimiento poblacional, que ha llevado a que sus instituciones, en distintas etapas, hayan promovido estudios sobre el reto demográfico y el equilibrio poblacional en Canarias. Y, asimismo, a tomar decisiones.