UN VINO, POR FAVOR, EL QUE YO QUIERO NO EL QUE USTEDES ME IMPONGAN

Todos los consejeros delegados de los Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote (CACT) coinciden en señalar que los CACT deben ser una referencia de calidad y un exponente de los productos de la tierra dando la mejor imagen de la isla. Por eso me extraña mucho que “entra Juana y sale su hermana” y ninguno es capaz de acabar con un servicio de vinos en el Monumento al Campesino que no está ni a la altura de lo que dice ser el establecimiento ni de muchos restaurantes y bares de la isla. Y les explico.

Cuando un cliente quiere tomarse una copa de vino blanco de Lanzarote en el Monumento al Campesino, los camareros, por orden de sus superiores, te limitan la oferta a un Vega de Yuco o un Guiguan, que no solo no son los mejores sino que, además, son solo dos vinos de la treintena de marcas de máxima calidad que hay en Lanzarote. Usted pide un Vulcano, Grifo, Bermejo, Rubicón, La Gería o cualquier otro y le dicen que esos solo se venden por botella. O sea, que si quiere una copa, se traga usted esos dos y si no apoquina con casi 30 euros para degustar el vino que le gusta. Y no consigo entenderlo. ¿Qué problema hay en abrir una botella, la que demanda el cliente, y servirle una copa poniéndole a la misma el precio que se estime? ¿Quizás demasiado juego de botellas para el servicio? ¿Sería demasiado agobiante para los camareros de los CACT tener que elegir entre diez o doce botellas, servicio que ya se hace en muchos restaurantes de la isla? ¿Se tiene algún tipo de interés en sacar esos dos vinos? ¿Es esa la mejor experiencia que puede tener un turista o residente en su visita al Monumento al Campesino? ¿Es eso un ejemplo de establecimiento que quiere promocionar lo nuestro, o es que lo nuestro solo es lo de esos dos? No estaría de más reflexionar y tomar decisiones. De ser así, brindaría a gusto en la próxima visita por el actual consejero delegado de los CACT. Si no es así, voy a pensar que prefiere brindar con los propietarios de esas dos bodegas.