La conquista de Canarias fue el proceso por el cual este archipiélago, habitado por pueblos aborígenes, fue incorporado mediante una ocupación militar a la Corona de Castilla durante el siglo XV. En este proceso pueden distinguirse dos fases: la conquista de los "Señores", llevada a cabo por la nobleza a cambio de un pacto de vasallaje, y la conquista "Real", llevada a cabo directamente por la Corona durante el reinado de los Reyes Católicos. La colonización es el período de la historia de Canarias que sigue a la conquista y durante el cual la cultura europea se introduce en el archipiélago en sustitución de las culturas aborígenes, cuya población se ha reducido significativamente debido a las pérdidas derivadas de los enfrentamientos militares, las enfermedades y la esclavitud. La colonización de Canarias comenzó a principios del siglo XV y finalizó en el primer cuarto del siglo XVI. Habían pasado más de dos siglos desde su redescubrimiento (en 1312 por el navegante italiano Lazarotto Malocello), ese es el tiempo que tardó la Europa del Renacimiento temprano en dar al Archipiélago su papel en el escenario económico creado por la expansión atlántica. En resumen, esta función tenía una doble naturaleza interdependiente: una economía de servicios ligada al tráfico internacional y una economía de producción y exportación de productos agrícolas cuyo principal abastecimiento habría sido el azúcar.