No sabemos si fue más penoso el discurso navideño del jefe del Estado español o las reacciones pueriles que sobre su contenido difundieron los partidos PP, Vox y PSOE, plegados a la ambigüedad intencionada de Felipe VI, que, desde su altísima nube y dando un portazo a la realidad, dio contentillo para que estos tres partidos, los dos primeros de derecha y derecha ultra, y el PSOE, que gobierna España con Sumar en una coalición de izquierdas, se sintieran tan identificados, pero tan identificados, que usaron, y siguen usando, frases del discurso a su conveniencia para atacarse entre ellos. Imagino al Rey descojonado asistiendo al estreno más reciente de ‘El Gordo y El Flaco’.